A pesar del mal tiempo y la lluvia los burgaleses siguen demostrando su compromiso con la solidaridad y cada vez que alguna institución pone en marcha una actividad para apoyar causas justas allí acuden los ciudadanos. El Colegio Liceo Castilla-Maristas lleva 20 años organizando la Navimarcha, una iniciativa que cuenta con fieles adeptos. Como lo demostraron ayer las decenas de personas que recorrieron a pie la distancia que separa el centro educativo y la residencia Champagnat, en Fuenteprior. Eso sí, antes de salir a las 10,30 se tomaron un chocolate bien caliente que les dio fuerzas para el camino.

Como todos los años, la caminata tiene un propósito, el de paliar las graves carencias que sufren  los colectivos más desfavorecidos de Burgos y alentar otros proyectos internacionales, como el que patrocina SED (Solidaridad Educación y Desarrollo), la ONG marista, en la ciudad hondureña de Comayuga. Allí la entidad ‘Horizontes al futuro’ acoge a niños de la calle y les forma académicamente para que tengan un futuro lejos de la delincuencia.

Pero también apoya iniciativas locales, como la de Accem Burgos, que dinamiza la atención integral a inmigrantes, satisfaciendo sus necesidades básicas (comida, vivienda y ropa) y dotándolos de herramientas para favorecer su inserción sociolaboral. También ayudan con los fondos recaudados a la Casa de Acogida San Vicente de Paul, que acoge a personas sin hogar, que va a habilitar una sala de estar para descanso de los sin techo. Y por último también ayuda a Proyecto Hombre-Fundación Candeal, para la prevención del consumo de drogas.