La puerta de Garoña sigue entreabierta. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, aseguró ayer en Londres que Nuclenor estaría encantada de seguir adelante con la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) siempre que sea económicamente viable, una circunstancia que en estos momentos no se produce debido a las tasas impuestas por el Gobierno. El máximo responsable de Iberdrola -empresa socia al 50 por ciento de la central, junto a Endesa-, sin embargo, atisbó buena voluntad en el Ejecutivo de Mariano Rajoy para realizar los cambios legales que permitan la reapertura de la central. «Si cambian las cosas estaríamos encantados de ponerla en marcha. Creo que el espíritu del Gobierno va por ahí porque no podemos prescindir de una planta eficiente y medioambientalmente segura», señaló tras la presentación de los resultados ayer en Londres.
La condición de la seguridad está garantizada en estos momentos, según apuntó Sánchez Galán, pero la viabilidad económica, otro requisito que considera indispensable, no se cumple con la actual regulación, por lo que insiste en la necesidad de los cambios antes de dar nuevos pasos. Pero la inviabilidad económica no es una circunstancia exclusiva de Garoña. El presidente de Ibedrola dijo claramente que «todas las centrales nucleares perdieron dinero el año pasado». «Lo pueden poner ustedes en titulares», aseguró dirgiéndose a los periodistas.
Sánchez Galán volvió a lamentar que el Gobierno se precipitase a la hora de imponer nuevos tributos a las centrales nucleares sin hacer caso a las compañías eléctricas y, refiriéndose a Garoña, insistió en que antes de dar esos pasos deberían haber examinado las cuentas de resultados de la compañía, que se pueden consultar en el Registro Mercantil de Burgos.
El aumento de la tributación y las tasas es uno de los problemas que el presidente de Iberdrola destacó dentro del negocio eléctrico en España. Según los datos que Sánchez Galán aportó a los accionistas, la compañía pagó el año pasado 1.044 millones de euros en tasas a lo largo de 2013, el doble que el año anterior.
El impacto de los tributos tuvo su repercusión en la cuenta de resultados. Iberdrola cerró el ejercicio pasado con unos beneficios de 2.572 millones de euros, lo que supone un siete por ciento menos que el ejercicio anterior.
Tarifa. Ignacio Sánchez Galán, también se refirió a la propuesta de cambio de tarifa en la que está trabajando el Gobierno y que iría encaminado hacia una lectura real que permita cobrar a los consumidores lo que cuesta la energía en tiempo real. Sobre esta cuestión, el máximo responsable de la compañía destacó que las propuestas que se están haciendo públicas a través de los medios de comunicación son técnicamente inviables de aplicar en los plazos previstos (para abril).
Sánchez Galán se puso «la gorra de ingeniero» para explicar las complicaciones que ve. La primera el limitado número de ‘contadores inteligentes’, que permitirían la lectura en tiempo real. De momento, en España sólo hay dos millones de contadores instalados, la mitad de ellos con conexión directa con los centros de control. Castilla y León cuenta con 220.000 contadores inteligentes, lo que representa en torno al once por ciento del total nacional. El proceso de renovación de la red comenzó en 2011 en Salamanca, desde donde se extendió a Burgos y León y ya a mediados del año pasado comenzó a instalarse en Ávila y Valladolid. Además, faltaría un «ordenador gigantesco» que reciba todos los datos y un programa informático que los analice. «Esto no se puede comprar en cualquier tienda. Hay que hacerlo y tarda cuatro, cinco, seis meses», recordó.
«Todo lo que suponga mejora de la claridad y la transparencia para el cliente y, sobre todo ahorro, bienvenido sea, pero primero hagamos cosas que se puedan hacer», insistió Sánchez Galán, que volvió a recordar la necesidad de separar de la factura algunos conceptos que nada tienen que ver con los costes reales de la energía eléctrica. «El 60 por ciento de lo que pagan los clientes, nada tiene que ver con la generación y el transporte energía», aseguró el presidente de Iberdrola y en esta parte es donde cree que se puede rebajar el coste para el ciudadano. «El precio puede bajar y tiene que bajar», aseguró.