El único enemigo a batir ayer en Buniel era el partido de Albert Rivera. Contra Ciudadanos y su propuesta de «fusionar municipios para que se puedan prestar servicios de forma más eficaz y sostenible» iba dirigido el mensaje que el PP quiso transmitir a los alcaldes y alcaldesas populares de la zona. El resto de partidos apenas fue mencionado en el acto público en el que participaron el alcalde de Buniel, Roberto Roque; el presidente comarcal, José Antonio de los Mozos; el candidato al congreso Jaime Mateu, la candidata al Senado Begoña Contreras, y presidente provincial, César Rico.
Begoña Contreras y Jaime Mateu coincidieron en tachar de «ocurrencia» tanto la idea de «hacer desaparecer los pueblos de menos de 5.000 habitantes» como la de eliminar las diputaciones, que también defiende Ciudadanos en su programa electoral.
César Rico, por su parte, quiso poner en valor el voto rural como la única arma para defender lo que consideran «la esencia territorial» de Burgos y Castilla y León. Bajo la frase Mi pueblo no se cierra -el otro eslogan del PPjunto a España en serio- Rico presentó a sus votantes un decálogo en defensa de los pequeños municipios: «Nuestra apuesta es decidida por el mantenimiento de los núcleos rurales porque entre otras cosas fijan población, cuidan el territorio y garantizan los servicios básicos. Castilla y León no podría subsistir con municipios de más de 5.000 habitantes como quiere Ciudadanos. Es el desconocimiento total que tienen de la tierra, porque juntar en este territorio 5.000 habitantes sería reunir municipios de 50.000 km2 prácticamente. Imposible de gestionar y de mejorar».
El presidente del Partido Popular señaló también la importancia de la Diputación como órgano para gestionar los servicios que prestan a las personas del entorno rural, así como el papel asociativo y voluntario de las mancomunidades.«Evidentemente el PP quiere los mejores servicios públicos para los ayuntamientos. En Castilla y León se está trabajando por las mancomunidades de interés general, que está claro que pueden jugar un papel fundamental para mejorar esos servicios públicos, pero la esencia de Castilla y León y del resto de España es el mantenimiento de los núcleos rurales».