Como cabía esperar, conociendo la personalidad de Santiago Manguán, pregonero de las Fiestas Patronales en Honor de la Virgen de las Viñas de este año, y habiendo leído el texto de su alocución publicado en el programa de fiestas, la apertura oficial de los actos festivos en la capital ribereña tomó tintes de mitin electoral. Dentro de los pasos marcados por el protocolo, el acto de imposición de bandas a la reina, Andrea Peña, y las damas de la fiestas, Sonia Sancha y Beatriz Abad, se desarrolló sin sobresaltos y sin salirse del guión, todo sonrisas sinceras y emocionadas por parte de las entrantes y nostálgicas por las salientes, que entregaban en ese momento el cargo que han ostentado durante un año.
El primero en tomar la palabra fue Daniel Herrero, responsable de la Concejalía de Festejos y, por lo tanto, del programa de actos de los próximos días. El concejal no se salió de su papel y aprovechó para agradecer el esfuerzo de todos los que hacen posibles las fiestas patronales y animando a la ciudadanía a vivir momentos de sana diversión.
La vertiente reivindicativa llegó con el turno de Manguán, quien sorprendió a casi todos con una versión más incisiva del pregón que aparece publicado en el programa oficial, en el que se ha suavizado su proclama. Pero el pregonero no quería desaprovechar la oportunidad de dejar claro su punto de vista sobre algunos temas que le atañen a él personalmente y otros que son de dominio público.
Comenzó agradeciendo, no sin una buena dosis de sorna, que le hubiesen designado como pregonero este año. «Ya era hora que se acordaran de mí, lo esperaba desde hace muchos años, pero cuando uno llama al pan, pan y al vino, vino, parece que no le interesa a nadie», proclamó. Y a partir de ahí realizó un alegato a favor de Aranda y en contra de la gestión municipal, con especial atención al affaire de la plaza de toros. «Tenemos una plaza de toros fabulosa pero si no se puede utilizar ¿para qué la queremos? Se dijo en su momento que iba a servir también para otros acontecimientos y ahí está, muerta, y por lo que se ve nadie sabe ni quiere solucionarlo», aseveró con voz rotunda mientras los aplausos de la nutrida concurrencia que llenaba la Plaza Mayor arandina le interrumpían por enésima vez, que se repitieron tras frases como «¡quien ha hecho las cosas mal que las arregle o que las pague!», «señores concejales de todos los partidos, al Ayuntamiento se viene a solucionar los problemas de pueblo, no a crearlos» o «¡si esto sigue así, sobran todos los concejales y sobran todos los partidos!», acusando a los miembros de la Corporación arandina de no haber demostrado con hechos que llevan Aranda en el corazón.
Mientras el pregón retumbaba en las paredes de la Plaza Mayor, la alcaldesa, Raquel González, mantuvo el gesto respetuoso y sereno ante las opiniones expresadas por Manguán, y cuando le tocó tomar la palabra para cerrar el acto, aprovechó su discurso para hacer una defensa del trabajo que se viene realizando desde el equipo de gobierno que preside. A diferencia de los aplausos espontáneos que acompañaron al pregón, sus palabras recibieron en momentos puntuales un coro de tímidos abucheos y pitos que González capeó con profesionalidad, aunque quienes la conocen más personalmente apreciaron algún momento de tensión en su rostro.
En respuesta a las palabras del pregonero, la alcaldesa agradeció su entrega y se dirigió a él directamente para asegurar que «se sigue trabajando para encontrar una solución a la plaza de toros» y que «nada nos produciría mayor satisfacción que el cartel de la feria taurina pudiera formar parte del programa de las próximas fiestas». En su discurso también enumeró asuntos como la legalización de la depuradora, los avances para legalizar el PGOU, los presupuestos municipales, el carril bici finalizado o el expediente de declaración BIC de las bodegas subterráneas, entre muchos otros logros del equipo de gobierno municipal.