Las esguevas, ríos subterráneos, aguas que transitan por las entrañas de la tierra, guadianescas y frías, misteriosas cual si portaran un secreto mineral... Esguevas como un jeroglífico de agua. Esguevas como metáfora de la vida, del viaje. El escritor Pedro Ojeda Escudero y el fotógrafo Javier García Riobó firman con ese sugerente título de Esguevas un proyecto artístico conjunto, en el que la literatura y la imagen se dan la mano e incluso se funden para irradiar todo su poder evocador.El del secreto que para ambos constituye el agua, fuente vida, pero también elemento misterioso, cuya constante presencia, a veces ominosa y otras llena de luz, marca de manera indeleble nuestra existencia.
«Algunas de las emociones más intensas del ser humano, experiencias universales que todos recordamos porque se nos han grabado en el cerebro a partir de los sentidos, se relacionan con el agua: la primera vez que entramos en una piscina o que vigilamos cómo se sumergen aquellos a quienes queremos; el chapoteo escandaloso del baño adolescente apasionado; el olor de la naturaleza entera cuando se aproxima una tormenta de verano; el festivo despertar de la tierra seca cuando la lluvia o el afanoso laborar del hortelano le precipita el milagro del agua; el frescor de la fuente en un día caluroso de verano; el cuenco de la mano que sirve de vaso; el encuentro con el mar; el río desbordado en la ciudad que habitamos; el temeroso amor cuando bañamos a nuestros hijos cuando son pequeños; el olor del agua estancada que nos golpea, de pronto, desde las alcantarillas, recordándonos el mundo sumergido bajo nuestros pies urbanos», explica Ojeda Escudero, profesor de Literatura en la UBU y autor de uno de los blogs más veteranos y seguidos de Burgos, La acequia.
El libro está compuesto por 31 textos poéticos -en prosa y en verso- y 31 fotografías en color. Ambas son creaciones libérrimas. Escritas en clave íntima y autobiográfica, son reflexiones sobre la existencia, sobre la vida y la muerte, las que transitan por las páginas de Esguevas, que forma parte de un plan más amplio y ambicioso: el ‘Proyecto agua’, investigación artística de las relaciones entre el agua y los espacios autobiográficos, a través del cruce de formatos -vídeo, fotografía, texto- en el citado blog La acequia. Los textos tienen una parte simbólica, metafórica, sobre el ciclo de la vida; del agua como caudal subterráneo que revela esa parte oscura que tiene todo ser humano; e incluso del agua como el elemento que lava... «Está escrito en clave universal».