Enganchados a la lucha contra el acoso

B.G.R. / Burgos
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Una treintena de alumnos del Blanca de Castilla elaboran bolsas de tela y llaveros de ganchillo con sonrisas y mensajes que claman por el bienestar infantil en el aula

Los estudiantes de cuarto de la ESO que participan en este proyecto muestran algunos de los productos artesanales que realizan. - Foto: Alberto Rodrigo

Llega la hora de la asignatura de Formación para la empresa en el colegio Blanca de Castilla. La treintena de alumnos de cuarto de la ESO que hay en clase saben perfectamente cuál es su cometido. Unos cogen directamente el lápiz o el rotulador, dependiendo del momento de la producción, para empezar a dibujar o ya colorear la bolsa de tela en la que están trabajando, mientras otros se afanan con el ganchillo ante la atenta mirada de la hermana Mariángeles. También hay quien se ocupa de tareas más tecnológicas como perfeccionar la página web o actualizar las redes sociales, a los que se añaden aquellos que reciben y gestionan pedidos.

Distribuidos en departamentos,  funcionan como si de una cooperativa se tratara, respondiendo así al fin del programa Planea Emprendedores de la Fundación Caja de Burgos en el que participan desde el pasado mes de octubre. Su proyecto ya está en marcha y más allá de conseguir o no el premio económico de esta iniciativa, la recompensa ha llegado en forma de aprendizaje y refuerzo de valores, crecimiento personal y trabajo en equipo. Sus creaciones son únicas y, aunque están personalizadas para cada cliente, comparten mensajes o símbolos en sentido positivo, ya sea de refuerzo de la autoestima o de empatía, con los que llaman la atención sobre el hecho de que la escuela debe ser un lugar de felicidad y no un escenario hostil.

Enganchados a las sonrisas, como así se denomina el trabajo, es su forma de aportar un granito de arena en la lucha contra el acoso escolar. «Se trata de una realidad social que, en ocasiones, presenta trágicos desenlaces», explica María Miguel, profesora de Formación para la empresa e impulsora del proyecto, a la hora de explicar el motivo que les llevó a elegir esta temática después de una tormenta de ideas junto a sus alumnos. Una labor prevención como objetivo central a la que acompañan otros fines que no dejan de ser importantes como el de la solidaridad, ya que todo lo recaudado con la venta de estos productos artesanales y irá destinado a una entidad social, y el de la inclusión, concretado en una estrecha colaboración con el centro Puentesaúco de Aspanias.

Sus usuarios han enseñado a los alumnos del Blanca de Castilla a diseñar las bolsas mientras que estos transmiten a las primeras nociones de ganchillo que, a su vez, aprenden de las hermanas de la congregación de las Hijas de Jesús a las que pertenece el centro educativo. Es en este vínculo creado tras tres encuentros en el que se detiene Jaime Muñoz, estudiante de cuarto de la ESO, para destacar el «valor de la inclusión» por encima de todo lo aprendido. Sus compañeros Daniel Alonso e Ingrid Sánchez comparten reflexión, añadiendo esta última otro aspecto a tener en cuenta como es el de «la eliminación de estereotipos».

Del lado académico, Miguel pone de relieve la importancia de este tipo de iniciativas en el aula por cuanto los alumnos «se sienten protagonistas de su aprendizaje» y asimilan conocimientos y valores que «resultan más difíciles de entender en un libro al uso». «Aquí cabemos todos y se sienten importantes», explica en referencia al hecho de visibilizar las habilidades y competencias que tiene cada uno.  Todo ello hace que el trabajo trascienda el aula y así lo reconocen sus protagonistas tras 'confesar' que han echado horas en casa perfeccionando la técnica del ganchillo.

Daniel, que se ocupa de la parte informática, avanza la intención de incluir en la página web del proyecto, donde se muestra el catálogo de artículos, la venta online, aunque de momento no hace falta mucho márketing para convencer a las familias y los profesores. De hecho, aseguran con orgullo que acaba de llegar un pedido de 100 euros. El trabajo continúa convertido ahora en una especie de 'enganche' que hace honor al título de su iniciativa. Habrá más encuentros con Aspanias, más producción en clase, más ideas que plasmar, más mensajes positivos que trasladar... hasta que el 31 de mayo acudan a la feria de Planea Emprendedores para exponer lo realizado.