La reciente lluvia de misiles y drones de Irán sobre Israel ha tocado, indirectamente, a algún interés comercial de Burgos. Pese a las enormes y crecientes tensiones existentes en Oriente Medio, existe un flujo de mercancías local en importación y exportación con mercados como los mencionados y que muchas veces son enemigos entre sí, algo que ocurre en una cuarentena de países clientes que están inmersos en escenarios de guerra o de una alta carga de tensión geopolítica.
Los riesgos económicos para las empresas locales son muy elevados y cada vez más. Teniendo en cuenta los resultados de la balanza comercial del pasado año y el mapa de conflictos del Center for Preventive Action's (CPA), las tensiones bélicas ponen en juego un negocio de más de 870 millones de euros. Toca escenarios muy sensibles, como el europeo (guerra en Ucrania) y el asiático, centrados en las crecientes amenazas de China con sus vecinos por disputas territoriales, principalmente con Taiwán.
El parte de guerra más actual ya ofrece una perspectiva interesante. Israel es uno de los clientes preferentes de la economía burgalesa, con 22,6 millones de euros de intercambios en 2023. La primera partida de exportación son productos farmacéuticos, por valor de 12 millones de euros, también vendemos productos cosméticos, vino, cereales y hay un pequeño capítulo de armamento. A ellos que les compramos mucho menos, sobre todo, aceites.
Irán es un socio menor, son 1,7 millones en intercambio. Maquinaria y aparatos mecánicos por nuestra parte y aluminio y sus manufacturas por la suya.
Con Cisjordania y la Franja de Gaza no hay relación comercial, pero sí con Líbano. Son 2,8 millones de intercambio: exportamos aluminios y sus manufacturas e importamos tanino, pinturas y barnices.
Rusia, todavía. Buena parte de la balanza comercial burgalesa se gestiona con los países miembros de la Unión Europea, con Francia, Portugal, Alemania e Italia como referentes. Es un espacio económico muy amenazado desde hace más de dos años por el conflicto que mantienen Ucrania y Rusia.
La guerra ha convertido al país invadido en uno de los principales socios comerciales de Burgos por la compra de bombas y munición, que representan casi la totalidad de los 126 millones de euros que alcanza el balance de los dos países. En la medida que ha ido escalando el conflicto, ha aumentado la exportación de armas al mismo. De Ucrania importamos una pequeña partida de leches y productos lácteos.
Sorprende que, pese al tiempo transcurrido desde la invasión y las sanciones económicas y comerciales impuestas al país de Putin, Rusia siga siendo uno de los mercados de referencia para Burgos, con más de 40 millones de euros de intercambios en pleno conflicto. Compran aceites esenciales y perfumería (21,5 millones) y seguimos importando unos 400.000 euros en cereales y legumbres y hortalizas.
Incertidumbre china. Sin restar importancia a los escenarios bélicos en Oriente Medio y Europa, todos los análisis geopolíticos insisten en los enormes riesgos que se están acumulando en el Mar de China por la tensión militar entre los países ribereños, con China a la cabeza (aliado, a su vez, de Rusia). Es el espacio comercial más importante del mundo y en el mismo se concentran casi 450 millones en intereses económicos solo para Burgos.
China, con 281,3 millones en intercambios comerciales en 2023, es uno de los principales mercados de las empresas locales. Nos compran cosmética, en primer lugar, y les adquirimos aparatos y material eléctrico. Dicho esto, los capítulos aduaneros con el gigante asiático tienen un enorme peso en el consumo doméstico e industrial en Burgos. Un conflicto en esta zona del planeta se sentiría inmediatamente en los hogares y en los polígonos.
Taiwán, el Estado-isla en eterna disputa con su vecino chino, también es un socio económico privilegiado. Son 60,9 millones en intercambios, desde productos farmacéuticos, en exportación, a fundición de hierro y acero, en importación. Es un comercio muy similar con Indonesia (14,9 millones), Malasia (18,3 millones) y Vietnam (32,4 millones).
Sahel. Uno de los escenarios bélicos más cruentos y olvidados se desarrolla en el África Subsahariana, en el Sahel. Níger, Mali, Burkina Faso, Chad y Togo se desangran, pero mantienen una exigua relación comercial con Burgos. Llama la atención que, en dos casos, Mali y Burkina Faso, sean las pólvoras y los explosivos la importación más importante procedente de la provincia.
Myanmar, inmerso en una guerra civil, nos compra productos lácteos; y el convulso Afganistán, preparados alimenticios. Escenarios tan complejos como los de Etiopía, Somalia, Sudán o la República Democrática del Congo tienen cuentas con Burgos.
En América, el mapa del Center for Preventive Action's (CPA) se focaliza en la situación de violencia de México, también socio de referencia con más de 55 millones de euros de intercambios comerciales, y en la inestabilidad de Venezuela, país con el que mantenemos intercambios de 19,2 millones de euros, en su gran mayoría de pescados y crustáceos.
Guatemala, Honduras y El Salvador forman un triángulo con varios millones en ventas, maquinaria, manufacturas de madera. Haití, pozo de pobreza e inestabilidad en pleno Caribe, recibe leche y productos lácteos elaborados en Burgos.