Aunque los burgaleses no se beneficiarán del índice de precios de alquiler aprobado por el Gobierno (ni tampoco ningún ciudadano que viva en comunidades gobernadas por el PP), la herramienta ha vuelto a dejar patente la burbuja que experimenta el mercado. Las rentas que abonan mensualmente los vecinos de la capital por un piso tipo de 90 metros cuadrados son un 26% superiores al límite que fija el Ejecutivo.
Mientras que el tope deberían ser los 585 euros (a 6,5 euros el metro cuadrado), encontrar una oferta en Burgos que se ajuste a estas características es prácticamente misión imposible. Es más, la media que se registra a día de hoy, alrededor de 792 euros al mes, es 207 euros superior al máximo esgrimido por el Ministerio de Vivienda. Sin embargo, el índice que marcará el límite de los precios no se aplicará de forma automática en todo el país. Deberán ser las comunidades autónomas quienes soliciten al Gobierno la declaración de zona tensionada de los municipios que así lo consideren para que este se pueda llevar a efecto.
El sistema de referencia se ha desarrollado para que cualquier persona pueda ver su impacto calle a calle. Ampliando el rango, la zona de la capital burgalesa que más beneficiada saldría en caso de aplicarse esta medida -algo muy poco probable en estos momentos- sería el casco antiguo con una reducción del 28,4%. De los 918 euros al mes (10,2 euros el metro cuadrado) se pasaría a un tope de 657 euros (7,3 euros/m2), 261 menos. Los inquilinos del entorno de la Universidad, Las Huelgas o la Cellophane se ahorrarían un 23,8% de su cuota mensual, alrededor de 189 euros.
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