Una helada «letal» golpea al viñedo de la Ribera del Duero

L.N. / Fuentenebro-Quintana del Pidio
-

Viticultores de Fuentenebro, Quintana del Pidio, Peñaranda de Duero o Roa constatan que ha sido un hielo generalizado, con daños que en algunos casos rondan el 100%. Lo peor, según advierten, es que aún quedan «muchos días» de riesgo

Una helada "letal" golpea al viñedo de toda la Ribera del Duero burgalesa. - Foto: Alberto Rodrigo

No hay paz para los viñedos de la Ribera del Duero. Los viticultores habían avisado de que el adelanto de 18 días en la brotación era «para echarse a temblar» y los peores temores se han confirmado. El termómetro se ha desplomado durante dos noches consecutivas en la comarca, con zonas donde se han registrado tres grados negativos, como Quintana del Pidio, y otras como Fuentenebro en las que se han rozado los menos cuatro. ¿El resultado? Una helada «generalizada» que ha golpeado a la inmensa mayoría de municipios, desde Peñaranda de Duero hasta Gumiel de Mercado, Roa o Moradillo. «Ha sido un hielo muy agresivo y ha causado muchísimo daño», advierte Javier Arroyo, vicepresidente de Asaja, quien avanza que «puede ser peor que el de 2017», que afectó a la mayor parte del cultivo de la vid en la Denominación de Origen. 

De primeras, en el sector calculan que ningún pueblo se ha librado del azote del hielo. Lo que se salvó el martes, no corrió la misma suerte tras el amanecer de ayer miércoles. «Ha afectado a toda la comarca, con daños en distintos porcentajes (entre el 10% y casi el 100%), pero en todos los pueblos», asegura Daniel Maestre, de UCCL. Aunque toca esperar unos días para que la afección «se vea más clara», este viticultor de Quintana del Pidio calcula que «puede haber caído más del 50% de la cosecha». De hecho, los agricultores de diversos municipios se están movilizando para presentar la documentación en sus respectivos ayuntamientos para que soliciten que se declare zona catastrófica. 

En esas se encuentra Estrella Pérez, natural de Fuentenebro. En su caso, el hielo le ha provocado daños en el 80% de sus parcelas. Cuenta que desde que se incorporó a la agricultura en 2018 y plantó viñas en 2020, «todo han sido fiascos» por la meteorología. Define la helada de ayer como la «más brutal» que ha sufrido y lamenta que hay parcelas «arrasadas» y «cepas con todas las hojas negras»

En esta misma línea se pronuncia Miguel Otero, a quien el hielo ha hecho «trizas» una finca de cuatro hectáreas de superficie también en Fuentenebro, entre otros tantos perjuicios. «Está hecho polvo, no ha quedado nada»,  lamenta entre líneos, sin olvidar que este palo llega después de tres años marcados por más heladas y pedriscos. «Es un cúmulo de disgustos», añade Pérez, que estos días ha visto viñas con la lágrima congelada. Así, «con un mal cuerpo terrible», afrontan una campaña en la que se enfrentan «a pérdidas evidentes». Ambos estiman que la helada de estas dos últimas jornadas habría afectado al 90% de Fuentenebro. 

Y es que, como explica Daniel Maestre, «lo que está helado ya no da más. Puede brotar, pero no dará uvas». Ante este panorama, cunde el desasosiego entre los viticultores, porque tras varios ejercicios con pedriscos, hielo y sequía, «el precio de la uva tampoco ha subido». En esta línea, José, con viñedos en Peñaranda de Duero y Casanova, recuerda que con este golpe «no es sólo que se pierda la cosecha, sino que compromete la campaña siguiente e implica un trabajo añadido». Vamos, «todo negativo», como remarca tras comprobar que en sus parcelas el daño oscila entre el 80 y el 90%. «El hielo ha sido letal, lo ha fastidiado muchísimo. Da mucha peña y también mucha rabia», agrega al respecto. También Juan Esteban, gerente de Valderiz, valora como «catastrófico» el hielo y detalla que en varias zonas ha hecho «bastante daño». Por su parte, Eduardo Izquierdo, habla de un daño «muy desigual» en Gumiel de Mercado, con parcelas que se han salvado y otras perjudicadas de lleno. «Hay que esperar a ver cómo responde», dice.

Hasta San Isidro. Pero no sólo eso. La mayoría de viticultores coinciden en que lo peor es que aún quedan «muchos días de riesgo». Al menos hasta San Isidro. «Se veía venir», dice apenado Tomás Bueno, de Zazuar. Sin olvidar que después llegarán unas semanas de peligro por el posible granizo. En cualquier caso, este viticultor confía en que la poda tardía «haya mitigado algo el daño». 

Algo que también defiende Andrea Sanz, de Magna Vides, en La Aguilera. Cierto es que la helada de ayer «fue potente» y que «remató lo que se había salvado en días anteriores», pero espera que «las podas tardías beneficien la estrategia contra el cambio climático». En este sentido, aboga por empezar a hablar de ciertas medidas, como podrían ser los molinos. «Si queremos seguir dedicándonos al viñedo hay que plantear soluciones. Somos la zona más fría de viñedo de España y parece que aquí sólo nos toca lo peor del cambio climático», apunta. 

Finalmente, desde Agroseguro detallan a este periódico que están recopilando los partes e indican que todo apunta a que habrá daño en todos los municipios, aunque falta precisar en qué porcentaje.