No hay nada que la sociedad española no celebre o no acompañe con alcohol: el vermú del fin de semana, el chupito después del café, el cerveceo con los amigos, un cubata (o varios) por la noche, una botella de champán porque se ha ganado un partido importante o porque hay un cumpleaños, unos vinos de más para olvidarse del estrés del trabajo... Todo esto forma parte del día a día y es una realidad que los niños y los adolescentes contemplan como normal desde que tienen uso de razón.
Por eso, sorprende que haya quien se eche las manos a la cabeza cuando se conoce que la edad media del inicio del consumo de alcohol está entre los 13 y los 14 años. Es el dato que ofrece Julián Mateos, psicólogo con una larguísima experiencia en la atención al alcoholismo desde la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Burgos (Arbu), que afirma que beber alcohol se trata de una suerte de rito de iniciación a la edad adulta en un momento, el del inicio de la adolescencia, en el que los chavales «quieren dar el salto a una vida adulta y estar con sus iguales y no con los padres».
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)