El Foro de Acción Rural presentó la semana pasada, en un webinar, el trabajo realizado durante el último año para acercar la Agenda 2030 al medio rural, y viceversa. Una labor que ha unido a ecologistas, agricultores y ganaderos, productores forestales, trabajadores, cazadores y mujeres rurales, cuyas organizaciones forman parte de la plataforma. «El planeta no puede esperar a que terminen nuestras diferencias, en el FAR nos centramos en los puntos que nos unen para avanzar hacia un mundo sostenible, el único posible», han dicho desde el Foro.
Bajo este ánimo constructivo, las organizaciones que conforman el Foro de Acción Rural se han preguntado: «¿Qué podemos hacer desde el medio rural por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y qué pueden hacer estos por nuestros pueblos?».
La respuesta más general, e inclusiva, la ha dado durante su intervención la propia secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra: «Los ODS solo se alcanzarán si se cumplen para todas las personas y para todos los colectivos». Tras esta declaración, la secretaria de Estado ha enfatizado los problemas que afectan a la población del medio rural: la brecha digital, la falta o precarización de servicios básicos relacionados con la educación o la sanidad, la debilidad y precariedad del mercado laboral, la especial vulnerabilidad al cambio climático y la marcada desigualdad de género. «Los problemas que vivimos con la pandemia en el resto de territorios son el día a día que han vivido en el medio rural durante años», ha dicho Belarra.
A continuación, representantes de todas las organizaciones que conforman el FAR han ofrecido respuestas concretas en relación a cada uno de los once ODS que consideran más estrechamente relacionados con los medios de vida y de producción de los pueblos.
En conjunto, el FAR ha propuesto tomar 65 medidas específicas que abordan la eliminación del hambre en el mundo, el logro de la igualdad de género, la calidad del agua y adecuación del saneamiento, el consumo de una energía asequible y no contaminante, la consecución de un crecimiento económico y un trabajo decente, la reducción de las desigualdades, el desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles, la transformación de la producción y el consumo a otros más responsables, la mitigación y adaptación al cambio climático, la protección de la biodiversidad y ecosistemas terrestres, el establecimiento de una paz, justicia e instituciones sólidas y la creación de alianzas para lograr los objetivos.
Estas propuestas del FAR han sido concebidas para guiar las políticas desarrolladas por el Gobierno en la dirección de la Agenda 2030, tal y como ha reconocido la secretaria de Estado durante el acto: «Estáis siendo punta de lanza para marcarnos el camino».
Retos del FAR.
Entre otros muchos puntos, el FAR plantea apoyar sin fisuras la agricultura, ganadería y silvicultura familiares, pues estas actividades implican el manejo de los recursos naturales sobre el terreno y de una manera absolutamente sostenible. En esta línea, también recomienda apoyar la producción ecológica, concienciar a la población mediante planes que favorezcan nuevos modelos de consumo transmitidos a través de la educación, reducir la producción de desechos, promover el agrocompostaje de residuos orgánicos para aumentar la riqueza del suelo o elaborar una ley de protección de espacios agrarios que preserve la fertilidad natural del terreno. Asimismo, se propone incluir como criterio de priorización para la concesión de las ayudas de la PAC a las explotaciones que se ubiquen en zonas con protección ambiental (Red Natura 2000, espacios naturales protegidos), en zonas de montaña y en áreas con fuerte despoblamiento, cuyo valor se debe en gran parte a las prácticas tradicionales llevadas a cabo en ellas.
Por lo que se refiere al reto de la igualdad, el FAR solicita medidas como apoyar a las asociaciones de mujeres rurales para el desarrollo de programas dirigidos a la prevención integral de la violencia de género o crear un mayor empuje a la creación de nuevas cooperativas que ofrezcan servicios de proximidad en zonas rurales que carecen de ellos y que originen empleo para las mujeres del medio rural. Por lo que se refiere a la gestión hídrica, aboga por detener los procesos de deterioro y explotación excesiva de ríos y acuíferos, a fin de garantizar su sostenibilidad y el buen estado ecológico de las aguas.
También apuesta por ponérselo fácil al medio rural para favorecer el desarrollo de energías renovables y fomentar el espíritu emprendedor en estas comunidades que tanto de necesitan de iniciativas empresariales para fijar población y asegurar el asentamiento de jóvenes y mujeres. Otro aspecto que recalca es la necesidad de producir y consumir de manera responsable, para lo cual se debería frenar el desperdicio de alimentos desde el principio al final de la cadena e impulsar un dieta sostenible basada en productos ecológicos, de proximidad y de temporada.
En lo que se refiere a la conservación del medio propone proteger mejor a las especies amenazadas y controlar más a las exóticas, desarrollar la prevención contra incendios o promover un plan nacional de restauración ecológica de los ecosistemas. Estas son solo algunas de las 65 medidas concretas que ha puesto sobre la mesa el Foro de Acción Rural, al que perteneces entes como COSE (Confederación de Organizaciones de Selvicultores), FADEMUR (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales), REDER (Red Estatal de Desarrollo Rural), REDR (Red Española de Desarrollo Rural), APROCA (Asociación de Propietarios Rurales, Gestión Cinegética y Conservación de la Naturaleza ) o SEO Birdlife (Sociedad Española de Ornitología ); algunos de los colectivos del FAR tienen puntos de vista muy diferentes sobre ciertos temas, pero todos tienen claro que el medio rural va a jugar un papel clave en el futuro del mundo y tiene que ser protegido.