A quienes alberguen alguna duda sobre la permanencia de FlyBy en Burgos por las dificultades que tiene para crecer en formación de pilotos por el tamaño del aeropuerto, su CEO les lanza un mensaje muy claro. «El compromiso de la compañía con esta ciudad es absoluto y a largo plazo; no está en ninguno de nuestros planes irnos de aquí, estamos encantados con la ciudad», afirma Álex Álvarez.
El máximo responsable de la empresa habla muy claro y reconoce que operar en Villafría plantea algunas dificultades, no solo referidas a las características del aeropuerto y que limitan el número de alumnos por año. También subraya las que tienen que ver con la climatología, que «hacen que un buen número de días al año no puedan utilizarse las instalaciones». En todo caso, a este hándicap le quita hierro cuando dice que «contra el tiempo no se puede hacer nada».
Pero también advierte de otro problema, el del alojamiento de los alumnos de la escuela, pues la oferta de pisos en alquiler en la ciudad no es muy elevada. Y en torno a 200 futuros pilotos buscan cada año casa donde residir durante los 14 meses que dura la formación de FlyBy. En todo caso, Álvarez explica que esta dificultad está en fase de solucionarse, aunque no da ningún detalle de cómo.
Flyby ha acrecentado su vínculo con Burgos gracias a la alianza con la Universidad de Burgos, que puso en marcha este mismo curso el grado propio de Piloto Comercial de Aerolínea para el Transporte de Carga y Pasajeros, tras vencer algunas dificultades. De hecho se ha retrasado un año el inicio de esta carrera. La institución académica fijó en cinco el número mínimo de alumnos para ofertar dicha titulación, cifra que se superó hasta llegar a la decena. Cuatro proceden de España y el resto de Francia, Omán, Filipinas, México, Líbano y Alemania. Álex Álvarez, director de FlyBy, valora muy positivamente la respuesta obtenida y habla de «éxito» al ser en el «primer año de lanzamiento» de la titulación, el más «complicado» para atraer a alumnos, además de que pone de relieve la importancia de que suscite interés internacional.
Las clases han comenzado en la Escuela Politécnica de la Milanera, donde se desarrolla una formación inicial más generalista y de carácter transversal que continuará en la escuela oficial para abordar conocimientos específicos relacionados con la licencia de piloto e iniciar las prácticas de vuelo, que se extenderán durante los tres cursos.
La titulación universitaria contempla 51 materias con un total de 204 créditos, de los cuales 112 son de conocimientos obligatorios, 83 básicos y nueve corresponden al Trabajo de Fin de Grado (TFG).