Hace algo más de 80 años, una familia asentada en Miranda levantó una serrería que, con el paso de las décadas, se convirtió en icono de la ciudad. Maderas Susaeta ha colaborado tradicionalmente con grandes construcciones y, tras un tiempo, se abrió a los encargos de particulares. Precisamente, para dinamizar esta cuestión y hacer productos mucho más diversos, en 2021 adquirieron una nueva serradora digital y en 2022 una máquina de láser. Ahora ya ven los frutos de su inversión y aseguran que les ha permitido dar sus servicios a un mayor número de clientes.
«Está la fresadora de control numérico, pero también tenemos una máquina de láser para los encargos que necesitan una alta precisión. Es más nueva, pero más sencilla, para cosas más pequeñas», resume el gerente de la entidad, Arturo Susaeta. Según comenta, el aparato con más impacto en su día a día ha sido la gran cortadora digital, aunque reconoce que puede «costar amortizar» los 20.000 euros que pagaron. Sin embargo, por ahora no se arrepiente y cree que «este es el futuro, es una inversión».
Gracias a su nueva fresadora pueden recortar maderas con un nivel de «detalle» antes inimaginable. Eso sí, «al principio creíamos que era más sencilla de usar», explica Susaeta. Conforme a sus palabras, rápidamente entendieron que debían contratar a un especialista. Y lo hicieron. El encargado de utilizar este aparato, Dani, opina que «no es tan difícil», aunque al mismo tiempo dice que «hay que saber manejar el ordenador» y trabajar la madera. A fin de cuentas, se necesitan ciertos conocimientos de programación, algo que él acumuló en etapas laborales anteriores, cuando pertenecía a firmas relacionadas con el aluminio.
Unido a ello, al margen de incorporar a un nuevo empleado, Susaeta cuenta que se vieron obligados a diseñar «una zona nueva de trabajo». «Hemos creado otro cuarto para separar el ordenador y ya estamos reubicando todo», apunta el gerente de la compañía. Para hacerlo, han erguido varios tabiques que permiten unir mediante puertas las estancias sin que el polvo y el serrín afecten a los dispositivos tecnológicos. De manera concreta, el propietario de la empresa de Miranda argumenta que ahora tienen la capacidad de «cortar de una forma más precisa, fresar letras, hacer dibujos y también trofeos». Además, Susaeta añade que la maquinaria más reciente les ha permitido agilizar sus labores relacionadas con encargos de mayor tamaño. Por ejemplo, el aparato se puede programar para «dejar las tablas más planas y eso facilita el lijado».
ADAPTACIÓN. La historia de Maderas Susaeta se articula a partir de la experiencia de un negocio que cambia constantemente. Según recuerda el actual gerente todo comenzó como una serrería al uso «para construcción y casas», pero con la crisis de 2008 se reinventaron. Desde entonces, atienden a «particulares» y han formado una cartera de clientes que abarca toda la comarca «a 60 kilómetros a la redonda». Con todo, esta última inversión solo representa un paso más en su carrera. «No podemos continuar como hace 80 años, hay que evolucionar», sentencia.