Un hombre de mediana edad entró en un céntrico establecimiento de Miranda y terminó increpando a la camarera que lo atendía, así como ingiriendo el gel hidroalcohólico que el local tenía para prevenir los contagios por coronavirus. La trabajadora alertó a la Policía ante la surrealista situación y, para cuando los agentes se personaron, el individuo ya había abandonado el bar. Sin embargo, unos metros más lejos le encontraron con los pantalones bajados junto a un paso de cebra. Los funcionarios llamaron a emergencias y acompañaron al sujeto al Hospital de la ciudad.
«Entró y, desde el principio, empezó a decirme cosas como 'vaya culo' y así», rememora la camarera. «Me pidió un corto y un chupito de güisqui, pero ya estaba pasado y le pedí que saliera», añade. Según expone la trabajadora de la Taberna Berlín, echó al individuo del bar y este, lejos de comportarse, se sentó en la terraza para beber una cerveza que había adquirido en otro comercio. Mientras degustaba la lata, «se echaba gel y empezaba a beberlo». «Era un personaje, no lo había visto nunca, creo que no era de aquí», recuerda la mujer todavía incrédula con lo vivido.