Con solo 23 años Jesús Areso tiene una trayectoria deportiva plagada de luces y sombras. Nunca ha perdido la sonrisa, aunque ha pasado por situaciones duras y complicadas. En Burgos ha renacido, ha vuelto a disfrutar en el terreno de juego y ha confirmado que tiene un hueco en el fútbol profesional. «Creo que puedo ser mejor jugador. Burgos es el sitio ideal para crecer como futbolista», comenta.
El lateral derecho blanquinegro ha ido a más con el paso de la temporada y el pasado lunes ante Las Palmas hizo un notable encuentro. Llegó cedido a El Plantío desde Osasuna después de dos campañas difíciles en las que solo había jugado 4 partidos.
Areso formaba parte de aquella plantilla del Bilbao Athletic que se midió al Burgos en Almendralejo en la lucha por el ascenso. Pero el navarro no jugó ni un minuto con aquel equipo por decisión de la entidad de Lezama. No quiso renovar en verano y acabó apartado por un club que había pagado por él 450.000 euros a Osasuna cuando solo tenía 18 años y era internacional Sub-19. Fue una de las apuestas del Athletic Club en la campaña 2017-18, que no dudó en pagar su cláusula, desorbitada por un juvenil de Tajonar.
Después de estar un año en blanco en Bilbao regresó a su casa, a Osasuna. Pero otra vez la suerte le dio la espalda. Jagoba Arrasate le utilizó de forma esporádica la primera parte del pasado curso, aunque lo peor estaba por llegar. En diciembre de 2021 una dura entrada de un compañero le produjo una fractura de peroné durante un entrenamiento. No regresó hasta el tramo final de la campaña, aunque pudo cumplir uno de sus sueños, debutar en El Sadar (...).
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