La necesidad de camas para críticos en varias provincias de Castilla y León, sobre todo en Palencia y Segovia, ha obligado al HUBU a modificar su plan para esta tercera oleada y extender la UCI hacia dependencias de Anestesiología; algo que se quería evitar para no interferir en la actividad quirúrgica. Tras varios días con una ocupación del 86% en la unidad de cuidados intensivos -por covid y patología diversa- ayer se tomó la decisión de organizar la ampliación, que por ahora será de 13 camas y afectará a Reanimación.
Esto impacta de pleno en los quirófanos, que tendrán que suspender o aplazar cirugías programadas.
La intención es tener lista la UCI extendida a 63 puestos cuanto antes, dado que la demanda de camas para críticos es constante. Segovia derivó ayer a otro paciente intubado, lo cual eleva a diez los críticos trasladados desde otras áreas sanitarias distintas a la de Burgos. En concreto, cinco son de Segovia y cinco de Palencia, pero es de esperar que Soria también necesite apoyo en próximos días porque, al igual que en Palencia, sus incidencias acumuladas siguen al alza.
Estas dos provincias son las únicas de la Comunidad en las que la tendencia de contagios sigue siendo creciente y, en la palentina sobre todo, las cifras oficiales indican que la situación sigue estando desbocada. Para entender cuánto, basta con especificar que en lo peor de la pandemia en Burgos, el pasado noviembre, se llegaron a acumular 1.808 nuevos contagios por cada 100.000 personas en 14 días y en Palencia ya están registrando 2.190 en el mismo período y en relación a la misma población. Es, de lejos, el territorio más ‘preocupante’, porque sus recursos sanitarios están adecuados a su población habitual;es decir, su hospital tiene mucha menos capacidad que el HUBU o que los hospitales de Salamanca, León o Valladolid. Y sus datos epidemiológicos, en cambio, son bastante peores.
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)