El gran reto de una vacuna masiva

Agencias-SPC
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Una vez descubierta y probada la eficacia de la profilaxis, las farmacéuticas se enfrentan a la odisea de fabricar un producto del que se podrían necesitar hasta 10.000 millones de dosis

El gran reto de una vacuna masiva - Foto: Emilio Naranjo

La pandemia de coronavirus ha sido un varapalo desde todos los prismas que se mire. A cualquier sector, empresa, colectivo o persona le ha afectado de alguna manera. Ahora, una vez asimilado y, en parte, superado el efecto explosivo del coronavirus, queda acostumbrarse a convivir con el SARS-CoV-2 hasta que se encuentre una vacuna.

Y en ello está la ciencia, trabajando con el tiempo en contra para descubrir una profilaxis necesaria cuanto antes y en todo el mundo. De ahí que el reto no solo sea conseguirla y que sea eficaz y segura, que es evidente, sino enfrentarse a una producción masiva y que sea accesible para todos los ciudadanos del planeta.

Todo apunta a que, a finales de este año o principios del próximo, ya estará disponible una  vacuna para utilizarla si las autoridades sanitarias lo consideran oportuno. Y supondrá «un desafío, pues habrá que producirla a gran escala», explica  el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, ya que, tal y como estima, «puede que se tengan que producir más de 10.000 millones en el caso de que cada persona necesite dos dosis».

Ante tal avalancha de dosis, ciertas compañías han decidido empezar a producir a riesgo, entendiendo que los ensayos clínicos van a salir bien. Es decir, van a empezar a fabricar la profilaxis antes de que  esté aprobada para poder iniciar la vacunación de forma inmediata si finalmente se le da luz verde.

Sellés asevera que la industria farmacéutica nacional está trabajando para que España tenga protagonismo en tres niveles en este proceso: para poder traer ensayos clínicos de las vacunas al país, que se pueda producir alguna aquí o por lo menos se desarrolle alguna de las fases, y que la Administración pueda disponer de las dosis que necesite de la futura vacuna.

Sacar músculo

Para el presidente de Farmaindustria, la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la capacidad de respuesta del sector nacional para evitar problemas de suministro porque se ha conseguido, en colaboración con la Agencia Española de Medicamentos, que los 25 millones de ciudadanos que toman todos los días algún medicamento los tuvieran.

Las 82 plantas de producción de medicinas que existen en el país han funcionado a pleno rendimiento, «incluso en las semanas más duras», pero, además, se ha trabajado para que los fármacos que se producen en el exterior llegaran «en tiempo y forma, evitando acopios por parte de terceros países».

Para evitar, precisamente, ese acopio poco lícito de terceros países que se produjo incluso en el seno de la Unión Europea en el momento más crítico de la compra de material sanitario en el pico de la pandemia, Bruselas está trabajando ahora en un sistema de compra centralizado de la futura vacuna para distribuirla luego en función de la población de los países, que serían los últimos responsables de cómo aplicarlas en su población.

Inicialmente, y a la espera de una mayor concreción del planteamiento, con este sistema las profilaxis se distribuirían al mismo tiempo a todos los estados miembro en función de su población, lo que evitaría la competencia entre los territorios con distinta capacidad adquisitiva. La compra conjunta se financiaría a través del ya existente Instrumento de Apoyo de Emergencia y reduciría el riesgo para los inversores y el precio del producto sanitario.

Actualmente, el Ejecutivo comunitario solo tiene competencias para lanzar un proceso de licitación que luego suscriben los países, como en el caso de las compras conjuntas de material sanitario anunciadas por la Comisión el pasado mes de marzo, lo que demora los plazos. El sistema simplificaría las negociaciones y diversificaría el riesgo de los países de la UE, al suscribir acuerdos de compra temprana con distintos proveedores a través de Bruselas.