Solo tenía una prioridad Alexa Lasarte cuando se divorció y decidió que volvería a España, país en el que viven sus padres: encontrar una ciudad en la que le dieran a su hijo Elliott, con un trastorno del espectro autista, la mejor atención. En aquel momento, y con la activa colaboración de un amigo de la infancia que luego se convertiría en su pareja, Raúl Cazón, acudieron a informarse a la Confederación Autismo España. "Allí nos dijeron que la asociación de Burgos era muy buena y el colegio que gestiona, impresionante. Nos pusimos en contacto con ellos y no lo dudamos. En aquel momento, hablábamos con Javier Arnaiz, que recuerdo que nos decía que íbamos a poder ir con Elliott a un restaurante y hacer vida normal y no me lo creía pero así ha sido", recuerda la madre.
Había muchas razones para que fuera muy escéptica. Elliott, que entonces tenía casi once años, era agresivo, se autolesionaba, comía cuatro cosas contadas -sobre todo pizzas y patatas fritas-, no se podía ir con él a ninguna parte y era incapaz de hacer cacas, lo que le provocaba importantes problemas de salud -suele ser frecuente en niños con autismo- y le tenía en un permanente estado de estrés. Y estas conductas no mejoraban a pesar de que acudía a un centro en Londres que contaba con muchos recursos y le daba mucha importancia al aprendizaje de conocimientos académicos como el lenguaje o las matemáticas, quizás demasiada para lo poco que atendía el resto de las necesidades del niño: "A mí me gusta que aquí les enseñan otras cosas como a relacionarse con su entorno, a ir al dentista y me encanta que salgan y se les pueda ver comprando en una tienda".
Cinco años después, es casi otra persona. El trabajo que han realizado con él en el colegio El Alba es tan impresionante que Alexa y Raúl no tienen más que palabras de agradecimiento: "Ha sido toda una aventura. Porque él cambió de país, de colegio y de idioma a pesar de que en Londres me dijeron que como tenía autismo nunca iba a poder hablar en otra lengua. Ahora es bilingüe, le encanta aprender, podemos ir a comer a un restaurante con él. Aquí se encuentra muy seguro y muy feliz y mi vida ha cambiado completamente, no me imaginaba esto cuando estaba con el duelo que siempre sucede cuando te anuncian que tu hijo tiene una discapacidad", dice la madre. Raúl apostilla, entre risas, que, además, Elliott se ha vuelto "muy español": "Le encantan los huevos fritos, pero que sean con puntilla, e ir a tomar el vermú y comer pinchos".
Las capacidades de este adolescente son de las que asombran a quienes no conocen a fondo el trastorno del espectro autista y que en ocasiones han sido utilizadas con cierta espectacularidad en la literatura y el cine: es capaz de decir en apenas unos segundos en qué día de la semana caerá cualquier fecha que se le diga al azar y hace rapidísimamente multiplicaciones entre cifras altas: "También es muy hábil dibujando y haciendo maquetas de papel pero no sabemos qué hacer con estas capacidades porque hace esas operaciones pero no tiene el concepto numérico y si le pides que te traiga cinco camisetas no lo sabe hacer. Es un misterio".
CONGRESO INTERNACIONAL. Con motivo de la celebración de su 35 aniversario, Autismo Burgos ha organizado un congreso internacional sobre este trastorno del desarrollo que se inaugura hoy a las 16 horas en la Casa del Cordón. La primera conferencia se planteará cómo de cerca está el conocimiento del origen genético del autismo y correrá a cargo del investigador Ángel Carracedo, director de la Fundación Pública Gallega de Medicina Genómica y del Centro Nacional de Genotipado.
Hasta el sábado, algunas de las personas más expertas en este trastorno pondrá en común las últimas evidencias que existen con respecto a todos los ámbitos de la vida de las personas con autismo: diagnóstico e intervención temprana, entornos sanitarios amigables, modelo de atención en salud mental, intervenciones en la escuela, etc.
Se va a prestar una especial atención a la perspectiva de género, ámbito en el que Autismo Burgos lleva un tiempo trabajando de la mano de la psicóloga María Merino. Así, en este encuentro científico, Jacqui Ashton, directora ejecutiva de la National Autistic Society del Reino Unido, analizará las razones por las que es necesario tener en cuenta el género a la hora de prestar una atención completa a las personas con autismo.
Por otro lado, se abordarán también las necesidades que se presentan en la vida adulta de personas con este trastorno y el acoso que los más jóvenes pueden sufrir por su condición tanto en el colegio como en las redes sociales.