Un brote de covid en la residencia  de la tercera edad, que ha afectado a una docena de ancianos, ha sido el detonante para que la Junta haya considerado muy alto el riesgo de incidencia, y haya decidido endurecer las restricciones en la villa que, sin embargo, no tiene casos de coronavirus puertas a fuera del propio geriátrico, según explica la alcaldesa Beatriz Francés, que ayer se mostraba preocupada por la situación en el centro de mayores, ya que a todos los usuarios así como al personal se les había inyectado a finales de enero la segunda dosis de la vacuna, lo que se suponía que iba a dar mayor tranquilidad. No ha sido así, ya que a los cinco días uno de los residentes tuvo algunas molestia y fiebre que, en principio, se achacó a efectos secundarios de la vacuna. Realizado el test, se confirmó el positivo por lo que se volvió a hacer a todos los mayores, dando como resultado esa docena de positivos, aunque son asintomáticos y se encuentran bien.  

Las nuevas medidas se aplican a toda la villa, donde se suspenden todas las actividades de restauración en interior como terrazas, excepto para servicio de entrega a domicilio o en alojamientos siempre que sea para uso exclusivo de los clientes. Aunque no eran muchos los bares y restaurantes que mantenían el servicio de terrazas, sí se dejarán sentir el cierre total, explican algunos propietarios de bares, que incidían en que con los albergues cerrados, apenas hay actividad.

Sí dará servicio el hotel Iacobus, al entrar dentro de las excepciones al y contar con clientes alojados por trabajo en la villa. También mantendrá actividad el bar que a su vez expende la lotería, bonoloto y primitiva. En cuanto a otros servicios, apenas habrá incidencia, ya que el museo en torno al Camino de Santiago ya estaba cerrado, pero se suspende la apertura de los centros culturales. Los establecimientos no esenciales cerrarán a las 18 horas.