El director de Magical girl (2014) y Quien te cantará (2018), Carlos Vermut, a punto de concluir el rodaje de su cuarto largometraje, Mantícora, asegura que no se ve haciendo series y defiende la perdurabilidad del cine. «El cine tiene algo bonito a diferencia de las series y es que ves películas de hace 20, 30 o 40 años, pero no series, el cine siempre está vivo a pesar del tiempo», declara durante una pausa del rodaje que encara en estas semanas su fase final en Barcelona.
Mantícora es una historia «sobre amor y monstruos en los tiempos modernos» protagonizada por dos actores jóvenes: Nacho Sánchez, que debutó hace dos años en el cine con Diecisiete, de Daniel Sánchez Arévalo, y Zoe Stein, que ha participado en series como La caza y Merlí. Sapere aude. Su estreno se espera para 2022.
La trayectoria de Vermut fue meteórica en sus inicios: pasó de difundir en internet su primer largometraje, Diamond Flash (2011) a conquistar el Festival de San Sebastián con el segundo, Magical girl (2014), Concha de Oro a la mejor película y Concha de Plata a la mejor dirección.
¿Qué se puede desvelar de la trama de Mantícora?
No mucho. Trata de un diseñador de videojuegos que tiene un secreto que no se puede desvelar. Habla de su vida y en particular de la relación que establece con una chica a la que conoce.
¿Una relación de amor?
No me atrevería a decir que es una historia de amor, pero hay algo de amor.
¿Y qué temas trata? ¿Tiene relación con sus anteriores películas?
Es una especie de terror costumbrista, el misterio está muy presente, el deseo y la tendencia a aparentar cuando alguien te gusta.
¿Qué simboliza la mantícora del título?
Tiene que ver con lidiar con la bestia interior. La película habla de un monstruo, de una persona que tiene que gestionar algo monstruoso, la mantícora representa ese monstruo. Está muy presente la estética de videojuegos, todo lo que tiene que ver con gente que se dedica a crear monstruos...
¿Le resultó difícil levantarla?
Desde que presenté el guion a Aquí y allí Films les interesó y empezamos a buscar financiación. Es una película pequeña, no ha sido realmente difícil. El guion también me resultó fácil de escribir, lo empecé a desarrollar a finales de 2019.
¿Ha afectado la pandemia a sus planes con Mantícora?
No, el rodaje estaba previsto para este año, no se pospuso y durante el confinamiento estuve escribiendo.
¿Cómo ha vivido personalmente este último año de pandemia?
Me ha hecho reflexionar sobre mis prioridades, el tipo de cine que quiero hacer. En este tiempo no solo se ha dejado de producir sino que cada vez hay más contenido para plataformas, sobre todo series, en ese contexto me he planteado qué tipo de cine quiero seguir haciendo.
¿Y a qué conclusión ha llegado? ¿Cree que las plataformas ponen en peligro el cine independiente?
Es verdad que están generando un contenido muy homogéneo, pero no sé realmente si está en peligro el cine más pequeño, supongo que esas películas tendrán que encontrar su hueco, no lo veo una batalla perdida ni que una cosa vaya en detrimento de la otra.
¿Tiene claro que quiere seguir haciendo ese tipo de cine o se ve haciendo series o franquicias?
De momento no. Me gustan mucho las películas que hago, dedico mucho tiempo a pensarlas, a planificarlas, a lo que considero que es cuidarlas y me gusta trabajar así, sin prisa, no siento necesidad de hacer ninguna otra cosa.
Me gusta el formato de largometraje, historias autoconcluyentes, el cine tiene algo bonito a diferencia de las series y es que ves películas de hace 20, 30 o 40 años, pero no series, el cine siempre está vivo a pesar del tiempo y a nivel visual y narrativo me gusta más.
Desde el principio ha contado con una buena acogida por parte de la crítica, ¿se ha sentido mimado?
Me siento muy afortunado por poder hacer las películas que he querido hacer, por tener la libertad para hacerlas y dedicarles tiempo y que encuentren su publico, porque una vez que lo encuentran es un público fiel, me siento muy agradecido a la gente a la que le gusta mi cine, a que estén ahí y que esperen otra película.
Trabajó con José Sacristán en Magical girl, ¿qué le parece que ahora el ministerio de Cultura le haya concedido el Premio Nacional de Cine?
Estoy muy contento porque lo merece. Es la persona de la que más he aprendido trabajando. Es muy generoso y tiene un gran sentido del humor. Le considero un maestro.
¿Y qué es lo más importante que aprendió de él?
A ser práctico y hacer el rodaje fácil. Hay gente que concibe el cine como una experiencia emocional epatante, que tienes que estar en clímax constante, pero con él aprendí que el cine tiene algo artesanal que me ayuda a tener los pies en la tierra.
Las personas que hacemos cine no tenemos que emocionarnos con cada plano, es un trabajo como otro cualquiera y luego se convierte en algo que la gente disfruta a nivel emocional, pero para nosotros es muy importante la dimensión artesanal.