El fin de la primera oleada de pandemia trajo consigo un auténtico boom del comercio mundial pocas veces visto. El auge de las compras por internet, sumado al repunte de producción de las industrias de todo el planeta y el alza del consumo han disparado las operaciones logísticas, lo que ha provocado un aumento casi incontrolado de los precios de los fletes o envíos.
El gerente de la empresa logística Asercomex y miembro de la Cámara de Comercio,IgnacioSan Millán, afirma que en estos momentos están pagando cinco veces más que antes de la pandemia por un contenedor, un sobreprecio que no todos pueden asumir a la hora de importar o exportar sus mercancías.
Ello conlleva que, según prevé SanMillán, el PuertoSeco de Villafría deba reducir de las cuatro conexiones de tren que tiene activas en estos momentos a «tres o dos» a partir del próximo mes de septiembre. «No espero que la situación (la vuelta a precios normales una vez se estabilice el comercio mundial) se calme hasta marzo del año que viene, una vez termine la campaña de Navidad y todos los envíos», precisa. En estos momentos, apunta el miembro de la Cámara de Comercio, en Europa se están pagando unos 10.000 dólares por contenedor, mientras que los profesionales de Estados Unidos llegan a desembolsar hasta 13.000.
«No podemos competir con esos precios y nos quedamos sin plataformas para efectuar los envíos», asegura Ignacio SanMillán. El comercio entre la costa oeste de los Estados Unidos y China está en plena ebullición, lo que lleva a la potencia norteamericana a destinar enormes cantidades de dinero para no paralizar su comercio.
Esta falta de abastecimiento está repercutiendo de manera clara en la producción de muchas industrias españolas, que, por ejemplo, ven disminuida la llegada de las materias primas necesarias para desarrollar su actividad como el metal, el acero o los famosos semiconductores que emplean, entre otros, el enorme sector automovilístico para fabricar coches.También se emplean en otra serie de procesos para elaborar aparatos tecnológicos de primer nivel y ya imprescindibles en el día a día de la sociedad.
vaivén continuo. La ocupación de las instalaciones del Puerto Seco de Villafría han vivido en una constante curva desde el inicio de la pandemia.En las primeras semanas, ante la inactividad de la mayoría de las industrias, se acumularon decenas de contenedores en el recinto. Tal fue el atasco que incluso se tuvieron que almacenar en suelo sin asfaltar e incluso pedir a los puertos tanto de Barcelona como deValencia que no enviaran más ante la falta de capacidad para procesarlos.
Distinta, muy distinta fue la imagen cuando se recobró cierta ‘normalidad’ en verano.En ese momento se produjo el conocido boom del comercio y arrancó el alza de los precios. Esta situación llevó a que el PuertoSeco tuviera que suprimir el primer tren a finales de enero.Fue uno de los dos que cubren el trayecto entre Burgos y Bilbao, un problema que se solucionó en las semanas posteriores pero que ahora parece que volverá a incidir en el normal funcionamiento delPuerto Seco.