Un objetivo tiene Patricia López en la vida: entrar en una Unidad de Intervención Policial (antidisturbios) o en la policía judicial. «Desde pequeña he tenido clarísimo que mi vocación es la Policía Nacional», dice, sonriente, mientras explica que lleva un año preparando las oposiciones. Su programa diario de entrenamiento, estudio y trabajo -como socorrista en las piscinas municipales- da vértigo, pero la burgalesa ha sacado tiempo para participar este mes en un concurso internacional de belleza en Costa Rica, en el que representará a España. ¿Nerviosa? «Tengo un poco de presión, porque nunca he hecho nada parecido; jamás he desfilado y muchas de las otras candidatas llegan con certámenes de este tipo ganados. Y eso te da tablas», afirma, consciente de la competencia. «Voy a vivir la experiencia y a disfrutar, pero poniendo todo de mi parte», añade la joven, de 21 años.
Hace un mes que le confirmaron que había sido elegida de entre cinco candidatas para llevar la banda española en el concurso costarricense ORBInternacional, que, como la mayoría, es de iniciativa privada. Y aclara que todo el proceso se desarrolló a través de agencias. «Desde los 12 años he sido modelo de fotografía y anuncio, porque siempre me ha gustado, con una agencia de Madrid», cuenta, explicando que, a partir de imágenes que colgó en sus perfiles de redes sociales, la contactaron de otra empresa para participar como candidata en Miss Madrid 2023 y, en esa tesitura, le llegó la oferta de la delegación española de ORB. «Me hicieron un casting y, al final, me eligieron. Pero no hubo galas», puntualiza.
Voy a vivir la experiencia y a disfrutar, pero poniendo todo de mi parte»
Tras la sorpresa, llegó el reajuste de horarios para meter clases de pasarela, protocolo, cultura general, automaquillaje... «Tengo clases en Burgos, pero los profesores están en Madrid, por lo que estoy yendo y viniendo todo el tiempo», explica, admitiendo que «es una locura, porque lo disfrutas, pero también cansa mucho». Semejante ritmo le ha obligado a reducir el tiempo de estudio, porque el 24 de agosto sale hacia Costa Rica y, como mínimo, estará allí una semana. Si gana, más. «Este concurso solo requiere un mes de preparación y lo voy a intentar, pero si veo que seguir con esto va a ser un impedimento para preparar la oposición, lo dejo», asegura, recordando que en septiembre tiene que ponerse con la candidatura a Miss Madrid y, a la vez, le ha surgido otra propuesta para Miss Burgos, que todavía no sabe si podrá aceptar. «Se ha juntado todo», bromea.
Ahora está pendiente de que le pasen el programa concreto del certamen costarricense, sobre el que de momento solo tiene el detalle del vestuario: cinco bañadores, dos vestidos de gala, cinco de noche, dos de cóctel... Varios de los conjuntos se los presta su agencia, pero otros ha tenido que comprarlos ella, así como el billete de avión. «Estoy muy agradecida a mis patrocinadores burgaleses», subraya, añadiendo que tratará de cumplir las expectativas. Y también las de su entorno próximo. «Mis padres están casi más ilusionados que yo», concluye.