Miranda vivió su primera jornada de confinamiento con cierta normalidad en el día a día de sus vecinos, a pesar del incremento de positivos que azota la ciudad. Los controles por carretera trataron de blindar a la población, que continúa dentro de una escalada de contagios que por ahora no tienen techo. Mientras las entradas y salidas se prohibieron salvo causa justificada, la Junta de Castilla y León tiñó de rojo a la ciudad dentro de su estadística, por considerar que la transmisión comunitaria del virus representa una sospecha más que real.
Con los datos actualizados, Miranda registró en la pasada semana más de 300 positivos por PCR, 551 en los últimos catorce días y el número de casos activos sobrepasa los 1.200. En el hospital, el panorama tampoco pinta mejor y los facultativos vieron por cuarta jornada consecutiva cómo establecían un nuevo récord en los pacientes con covid que ocupan una de las camas del centro. Ayer en sus dos plantas contaban 40, de los cuales seis eran nuevos ingresos, por lo que la cifra acumulada en los últimos siete días eleva la cantidad de hospitalizados hasta los 44, aunque se han compensado con las altas.
En medio de este panorama, las Fuerzas de Seguridad del Estado controlaron que se cumplieran las limitaciones impuestas. En el interior, la vida transcurrió con la normalidad que permite la situación, con algunos bares cerrados por la medida de no servir en barra y menos actividad de lo normal, aunque los caprichos del otoño también favorecieron que la gente se quedara en casa.
Policía Local, Nacional y Guardia Civil fueron los protagonistas en los accesos. El número de entradas y salidas de la ciudad hace que cubrir todas al mismo tiempo sea una labor imposible, por lo que los agentes pasaron de un punto a otro para vigilar la primera jornada de este nuevo confinamiento. Los controles se desplegaron en varios puntos con especial incidencia en la N-I, las conexiones de la ciudad con la AP-1 o la carretera de Logroño. Estos fueron los puntos calientes en los que se comprobaron los argumentos que llevaban a los conductores a dejar o acceder a la ciudad. Los agentes destacaron que la mayoría de las personas contaban con una justificación, «aunque también nos hemos encontrado alguna que pensaban que las restricciones empezaban hoy», reconocían (...).
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