La mancha de aceite de la despoblación sigue ensuciando el mapa de Castilla y León y la mitad de las comarcas autonómicas tiene una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Cifra no elegida al azar, ya que es la barrera que marca la Comisión Europea para definir lo que comúnmente se conoce como 'desiertos demográficos', y que se utilizó para establecer qué provincias del viejo continente podían acceder a una serie de ayudas fiscales a la contratación e instalación de empresas. También comúnmente conocida como 'fiscalidad diferenciada'. Y es que, a pesar de que la mitad de las comarcas de la Comunidad, unas 35 sin contar las de Soria, están por debajo de ese baremo, solo esta provincia –junto con las de Teruel y Cuenca– contará con unos apoyos que el Gobierno de España aprobó su articulación finalmente hace un mes. Esto es, una reducción del 5% en la cotización por contingencias comunes de la empresa en todos los contratos indefinidos existentes en el ámbito provincial, del 15% en los nuevos contratos indefinidos y del 20% en nuevos contratos indefinidos en empresas situadas en municipios de menos de 1.000 habitantes.
Una realidad que choca con el hecho de que el cuarenta por ciento de las comarcas de la Comunidad, una treintena, tiene igual o menor densidad de población que Soria –fijada en 8,8 habitantes por kilómetro cuadrado–, y no tendrán acceso a las ayudas aprobadas por la Comisión Europea el 19 de abril de 2021. Entre las cinco zonas más despobladas de Castilla y León hay dos sorianas – Campo de Gómara (1,9) y Tierras Altas (2)–, pero otras tres están fuera de esta provincia. Se trata de Páramos, en el norte de Burgos, con 1,9 habitantes por kilómetro cuadrado; La Cabrera, al suroeste de León, con 2,5; y la Tierra de Vitigudino, al oeste de Salamanca, con 3,1 habitantes por kilómetro cuadrado. Comarcas que no podrán acceder a las ayudas articuladas desde la Unión Europea para bonificar la contratación de desempleados.
En cualquier caso, y por poner en contexto el agujero demográfico y población en el que se está convirtiendo Castilla y León, la densidad de población de España es de 94 habitantes por kilómetro, una cifra que solo superan tres comarcas en la Comunidad –las capitales y alfoz de Salamanca, Valladolid y Burgos–, y que es casi cuatro veces superior a la media regional, de 25,29 habitantes por kilómetro cuadrado.
Tres de cada cuatro
Una situación que se multiplica exponencialmente si la lupa se baja hasta el municipalismo. Tres de cada cuatro ayuntamientos de Castilla y León –1.716– está por debajo de los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado; y casi 1.500 cuentan con menos de 8,8. Apenas unos setenta, el tres por ciento, tiene una densidad de población superior a la media española, mientras que la mitad tiene menos de seis habitantes por kilómetro cuadrado. «Tengo mis dudas de que esas ayudas fueran efectivas aquí, porque lamentablemente no tenemos ni una triste industria, solo hay ganaderos y agricultores». José María Hernández, alcalde de Garcirrey, el municipio con menor densidad de población de Salamanca –64 habitantes para 85 kilómetros cuadrados–, no oculta que hay zonas de Castilla y León en la que la despoblación es irreversible, o, al menos, no con ayudas a la contratación. «Aquí no hay nadie que contrate porque no hay empresas», reconoce a este periódico Hernández, que dibuja lo que este municipio, al igual que otros cientos de la Comunidad, necesita: «Infraestructuras, internet, sanidad, por aquí no pasa ni la ruta del autobús». «La despoblación está enquistada y va a seguir».
Descontento provincial
La decisión de que estas ayudas a la contratación solo recaigan solo en la provincia de Soria no ha sentado muy bien a partidos y plataformas locales, que reivindican la necesidad de extenderlas a toda la Comunidad, ante un problema transversal. Un partido en el que cada uno barre para casa. Así, desde la Unión del Pueblo Leonés (UPL) piden que se tenga en cuenta la evolución demográfica, y consideran que «es absurdo que la Región Leonesa, que ha perdido desde el 2000 más del 10% de su población, se quede fuera de estas bonificaciones, a las que acceden Teruel, Soria y Cuenca, que perdieron un 2% en ese periodo».
Mensaje similar al que emiten desde la asociación Burgos Pide Paso, que lamentan que esta decisión «no hace más que generar disparidades entre las mismas zonas de la España despoblada, simplemente por el hecho de pertenecer a una comunidad o provincia diferente, a sabiendas de que presentan la misma realidad socioeconómica».
En esta línea, y desde una de las 'zonas cero' de la despoblación en Castilla y León, el presidente de la Diputación de Zamora, Francisco José Requejo, manifiesta su «sorpresa» por la «exclusión de las ayudas al funcionamiento de las empresas». «Es algo que esta provincia no puede consentir. Es un agravio más para Zamora. Yo quiero recordar que somos la provincia de Castilla y León y de España que más despoblación tiene», señala el dirigente provincial.
Ayudas empresariales
No obstante, y pese a quedarse fuera de las ayudas a la contratación, la Unión Europea sí que incluyó a Zamora y Salamanca –junto a Soria–, en otro paquete de bonificaciones para el periodo 2022-2027 por encontrarse «en una situación vulnerable», por lo que contarán con una mayor subvención durante los próximos años para atraer nuevas empresas. Unas medidas de las que volverán a quedar fuera Ávila, Burgos, León, Palencia, Segovia y Valladolid. Igualmente, Soria, junto a Teruel y Cuenca, tendrá un tratamiento especial dentro de estas ayudas por su condición de zonas escasamente pobladas.
En su caso, la ayuda máxima para las grandes empresas será del 20% de la inversión. Idéntico porcentaje al que recibirá Zamora, provincia a la que la Comisión Europea eleva del 15 al 20% el límite «debido a su pérdida de población relativamente elevada en la última década». Por último, Salamanca se convierte en la que mayores ayudas tendrá, al pasar del 15 al 25% de subvención. Un repunte con el que Bruselas buscar recortar la diferencia de ayuda que existe entre la provincia charra y la zona limítrofe de Beiras e Serra da Estrela (Portugal), donde las subvenciones de este programa alcanzan el 40% de las inversiones.