Las huellas del alma en la piel

A.C.
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Once jóvenes han participado en la investigación de la joven medinesa Ondiz Jiménez, que acaba de publicar 'Ikigai', un libro de esperanza sobre la salud mental y la piel

Las huellas del alma en la piel - Foto: ONDIZ

La joven medinesa Ondiz Jiménez Donaire estuvo nominada para matrícula de honor por su Trabajo de Fin de Grado (TFG), pero se quedó en un valioso 9,5. La investigación de esta graduada universitaria en Comunicación Audiovisual por la Universidad del País Vasco (UPV), que ahora cursa un Máster de Comunicación Social, se ha trasladado a las 80 páginas de un libro, que toma el título de un concepto japonés Ikigai, "la razón de vivir" o "la razón de ser". En él once jóvenes muy valientes y supervivientes a diferentes situaciones de enfermedad mental, sobre todo, a consecuencia de la ansiedad y la depresión, lo cuentan y muestran las huellas que quedaron en su piel. También lanzan mensajes de autocuidado, superación y esperanza.

Ondiz Jiménez les ha dado voz y les ha puesto cara e imagen a través de cuidadas y artísticas fotografías en blanco y negro que muestran las marcas que les recuerdan el pasado, pero también les ayudan a avanzar hacia el futuro, muchas veces, conviviendo con un problema que podría volver a reaparecer. La propia autora del libro, que solo se vende en la librería Garabatos de Medina, no guarda buenos recuerdos de su adolescencia, pero fue la pandemia la que la llevó a elegir esta temática para su TFG. Los largos encierros o las clases on line a deshoras hicieron que lo pasara bastante mal y decidiera investigar sobre la salud mental y la ansiedad. Vio que "había mucha más gente en la misma situación a raíz de la pandemia e incluso antes de ella", puesto que el ritmo de vida de la sociedad actual no todos pueden asumirlo. Puso cartelería y anuncios en las redes sociales en busca de personas que hubieran pasado por episodios de ansiedad, depresión u otras afecciones y tuvieran su rastro en la piel en forma de granos, estrías, cicatrices, psoriasis, dermatitis... No limitaba la edad, pero solo llegaron a ella once veinteañeros, entre ellos la medinesa Gaëlle Gil, que relata las dificultades para relacionarse que vivió en su adolescencia debido a su inseguridad. Todos estaban dispuestos a contar su periplo vital. Algunas de las imágenes del rastro que ha quedado tras las autolesiones lo dicen todo. Con Ikigai esta joven investigadora busca poner un grano de arena contra el estigma social y el silencio que rodean la enfermedad mental. Alguno de sus supervivientes admite incluso intentos de suicidio.

Institutos. Ondiz Jiménez entrevistó a estos jóvenes y ahora relata sus vivencias. La voz de todos ellos se puede escuchar en primera persona, si se descarga el código QR de cada protagonista que aparece en el libro. Pero también lo han contado en las presentaciones del libro que se han celebrado en octubre en la biblioteca municipal de Lejona o el Paraninfo de la UPV. En diciembre acudirán al auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV. Muchos se guardan detalles que no aparecen en el libro para las presentaciones, en las que "se busca generar un debate sobre salud mental", explica Jiménez. La autora quiere mostrar su trabajo acompañada de algunos de estos supervivientes en Medina de Pomar, así como en los institutos de la comarca, aunque el Castella Vetula ya le ha dado una negativa.

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Las huellas del alma en la piel - Foto: ONDIZ
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Las huellas del alma en la piel - Foto: Oskar_Matxin_Edesa

Para esta joven investigadora, que quiere dedicarse a la docencia y que ahora trabaja en un proyecto sobre la influencia en los jóvenes del tratamiento que se da en las series de televisión -Por trece razones y After Life- del suicidio y la depresión, los institutos son vitales en su periplo de presentaciones de Ikigai, porque "vimos que todos los problemas arraigaban en la adolescencia".