Rastrear la Historia de una nación. Eso es lo que hace Óscar Eimil (Villalba, Lugo, 1962) en su nuevo libro Reinos de Ambición (editorial Almuzara), el segundo de una trilogía sobre el apasionante siglo XI en España.
Una centuria que conoció guerras civiles entre reinos cristianos, luchas intestinas entre musulmanes, reformas eclesiásticas y personajes de la valía de El Cid.
En Reinos de ambición aborda uno de los hechos más transcendentes de la Historia de España, el germen de una nación.
El siglo XI es un período muy desconocido y, sin embargo, es una época muy importante, porque en él sucedieron una serie de eventos que tuvieron consecuencias importantes. Se constituye el Reino de Castilla, de Aragón, surge el Reino de Portugal, se unen definitivamente Álava, Vizcaya y Guipúzcoa a Castilla, es el siglo de las Cruzadas y cuenta con personajes del la talla de El Cid.
Sin embargo, a pesar de tratarse de un siglo de esa relevancia, apenas es un período conocido de la Historia, ¿cómo explicaría esa paradoja?
A diferencia de otros países de nuestro entorno, en donde se enseña el conocimiento de la Historia, en España sucede lo contrario.
¿España necesita, entonces, recuperar esa épica que la mayoría de los países poseen para restablecer su identidad nacional?
La Historia sufre continuos vaivenes y fluctuaciones, y lo que está pasando ahora es episódico. Pero la dinámica de nuestra Historia común es mucho más fuerte de lo que sucede ahora. En las últimas décadas se le ha quitado importancia al estudio de la Historia, pero eso no es obstáculo para que en los próximos tiempos esa tendencia cambie completamente, de hecho estamos viviendo recientemente un mayor interés por la Historia.
¿Cree que esa tendencia cambiará a corto plazo?
La gente esta empezando a despertar y pronto veremos esa pasión por la Historia.
¿Cómo se explican las distintas interpretaciones que hay hoy en día sobre un mismo hecho?
La Historia siempre ha sido una especie de arma arrojadiza. Está bien que cada uno la interprete como estime conveniente, siempre y cuando la conozca, porque uno debe estar orgulloso de conocer su Historia.
Usted relata en Reinos de ambición que el siglo XI fue un momento decisivo para la posterior unión de los reinos cristianos y la conquista completa de los reinos musulmanes, pero cuatro siglos más tarde. ¿Cree que los actores del momento, los reyes de Castilla, León, Galicia, Aragón y Pamplona podrían haber adelantado esa fecha si no hubieses estado tan desunidos?
En aquella época las cosas no se planificaban. Con el paso de los siglos, el rompecabezas se fue haciendo solo, pero entonces no existía un sentido unitario ni en la Monarquía, ni en la nobleza, ni tan siquiera en la Iglesia. Los acontecimientos fueron sucediéndose sin proyecto y siempre dentro de las fases de lucha-paz, lucha-paz, lucha-paz.
Fue también a comienzos del pasado milenio cuando tuvieron lugar algunos de los acontecimientos religiosos y culturales más destacados, como la potenciación del Camino de Santiago, la creación de la Abadía de Silos o la reforma eclesiástica de Gregorio VII.
Efectivamente, en este siglo tuvieron lugar algunos de los episodios más vibrantes de España.
¿Por qué se decidió a escribir sobre el siglo XI y no por otro?
Fue por casualidad que me encontrase con un ejemplar que trataba sobre la primera mitad del siglo XI y me quedé agarrado al personaje del Rey Fernando, monarca que desarrollo en el primer ejemplar de la trilogía Reinos de Sangre. Y decidí escribir esta segunda parte, que comienza en 1067.
¿Las relaciones entre el mundo musulmán y el cristiano eran tan fieras como las pintan?
En el siglo XI se produce el colapso del Califato, de Al Andalus como gran potencia dominadora de la Península, debido a las luchas intestinas y peleas entre familias y se constituyen entre 40 y 50 reinos desde el Duero y Ebro hacia abajo. Fue el Rey Fernando, precisamente, quien sometió a tributo por primera vez en la Historia a los reinos moros de Toledo, Sevilla, Zaragoza, Valencia...
¿Hemos aprendido algo de unos acontecimientos que sucedieron hace 1.000 años?
Las cosas no han cambiado demasiado. Lo que mueve a las naciones al final son los sentimientos, y estos valores son los mismos ahora que hace 1.000 años. El odio, el amor, la venganza, la pasión, la ambición y la lealtad siguen siendo las mismas.
¿Cuándo nació realmente España?
La reunificación de España se culmina en 1513 con la incorporación de Navarra. A partir de ese momento ya había un sentimiento de pertenencia al conjunto, había una política exterior y militar unitaria. 1492 es el año que se culmina la Reconquista de Granada y 1513 es cuando Fernando el Católico, ya muerta Isabel de Castilla, incorpora Navarra.
Un libro de estas característica requerirá una ardua labor de trabajo y documentación, ¿no?
La primera parte de la saga fueron dos años y está segunda también han sido dos años.
¿Ya tiene el título del libro que cierra la trilogía?
El tercero será Reinos de Conquista.