La consejera de Sanidad, Verónica Casado, llamó hoy de nuevo a negociar a los representantes sindicales bajo el “paraguas” del decreto de prestaciones personales obligatorias, lo que para el socialista Diego Moreno supone ponerles una “pistola en el pecho”. También abogó por el consenso el ‘popular’ Alejandro Vázquez, mientras la representante de Ciudadanos Alba Bermejo criticó que se inicie una “guerrilla” contra la Junta.
En su comparecencia a petición propia ante la Comisión de Sanidad de las Cortes recogida por Ical, Verónica Casado aseguró que siguen “completamente abiertos” a la negociación con los sindicatos en la Mesa Sectorial, que recordó ha celebrado cuatro reuniones para abordar la reorganización de personal. “Queremos el consenso”, dijo y añadió: “No queremos imponer nada”. “Llamo al consenso, a que nos sentemos a trabajar y hablar”, agregó.
En ese sentido, la titular de Sanidad aseguró que no entra en el “talante” de su Consejería “obligar forzosamente a nadie a nada”, por lo que se mostró “segura” de que los sindicatos se terminarán sentando a hablar con su equipo, que consideró “extraordinario”. Además, negó que el decreto se publicara el sábado con “nocturnidad” y “alevosía”, como denunció el socialista Diego Moreno.
Al respecto, Verónica Casado argumentó que los servicios jurídicos de la Junta les recomendaron contar con un decreto, a modo de “paraguas” jurídico sobre el que negociar su desarrollo, porque aseguró que así lo establece la declaración del estado de alarma, que convierte al jefe del Ejecutivo autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, en autoridad competente delegada.
Casado pidió ser “serios” a los dirigentes de la oposición socialista por sus críticas al “decretazo” y recordó que es una posibilidad que ha “propiciado” el Gobierno de España para hacer frente a la pandemia del COVID-19. Además, recordó que esta posibilidad se estableció también en la primera ola de primavera y que entonces no se pidió la dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como ahora se hace con Fernández Mañueco y ella misma.
La consejera insistió en que el objetivo de la reorganización sanitaria es que el sistema de salud siga manteniendo la atención a otras patologías diferentes del COVID-19 y funcione como un “área única”, en el que todos ayuden a todos y como ejemplo puso la apertura del Edificio Rondilla, un hospital “de la Comunidad”, que cuenta con 98 profesionales, muchos “voluntarios”, como los que participan en los cribados masivos de los fines de semana.
Retirada del "decretazo"
“¿Cómo se puede negociar con una pistola en el pecho?”, se preguntó el socialista Diego Moreno sobre el “decretazo” sobre personal, aprobado con “alevosía y nocturnidad”, y consideró “muy injusto” que se alabe el trabajo de los sanitarios y su sacrifico, pero por otro lado se les apuñale “por la espalda”, con una regulación que suspende, a su juicio, muchos derechos. Por ello, pidió que se retire y se consensue con ellos la reorganización.
“No nos lo podemos tomar a broma”, dijo Diego Moreno, quien recordó que todos los sindicatos sanitarios y los colegios de Médicos y Enfermería han pedido la retirada de esta norma. Además, recalcó que el responsable último es el presidente de la Junta y lamentó que haya dado “la espantada” de las Cortes. También le pidió a la consejera que depure las responsabilidades que considere oportuna de la falta de diálogo con los representantes de los trabajadores sanitarios.
Moreno admitió que la pandemia exige una reorganización del sistema, pero cuestiono cómo lo ha hecho la Consejería de Sanidad, en su opinión con un decreto que paraliza la negociación de la mesa sectorial. De hecho, indicó que los sindicatos estaban dispuestos a aceptar su aplicación, pero no de esta forma en la que la Junta podría suspender sus condiciones laborales.
El socialista, que no pidió la dimisión de Casado, aseguró que hay “mucha información” en la Consejería de Sanidad, pero lamentó que no escucha. Recordó que siempre han apoyado las medidas que plantea la Junta, a pesar de las “chapuzas”, y respaldó el cribado masivo en grupos de alto contagio y el rastreo en aguas residuales.
También, Moreno se refirió a los puestos de difícil cobertura, que recordó afecta a un millón de habitantes, y pidió a la consejera que se mantengan los quirófanos abiertos y más información sobre la situación en la que pueden verse las listas de espera.
Presencialidad y área única
El ‘popular’ Alejandro Vázquez reclamó la atención presencial en centros de salud y hospitales y que las medidas sobre la reorganización del personal se hagan con consenso y como si la Comunidad fuera un “área única”. También pidió intensificar los rastreos y defendió cribados poblacionales con test de antígenos, como los realizados en San Andrés del Rabanedo y Aranda de Duero y cuestionó que se interpretara que se detectaban pocos casos asintomáticos.
Además, reconoció que la situación epidemiológica “no es buena” y que la “ligera mejoría” no es suficiente para lograr unos “niveles aceptables” de incidencia del coronavirus. Al respecto, apuntó que la relajación de las medidas de prevención cuesta “vidas” e impacta en el sistema sanitario. “De estos polvos vienen estos lodos”, dijo y auguró que la presión asistencial empeorará en las próximas semanas.
Guerrilla
Por su parte, la procurada de Ciudadanos Alba Bermejo reconoció el trabajo de los profesionales, pero aseguró que el estado de alarma les “obliga” a contar con ellos allá donde se les necesite, mientras a otros se les pide que bajen la persiana para evitar el “maldito” colapso del sistema sanitario. Además, pidió no hacer una “guerrilla” con la pandemia y señaló que el único enemigo es el virus, al tiempo que ensalzó la figura de la doctora Casado.
Por último, recalcó que la Comunidad sigue en riesgo “máximo” por lo que trasladó a la población la importancia de evitar contagiarse e incidió en el cumplimiento estricto de las medidas existentes para hacer frente al COVID-19. Además, añadió que si fuera necesario apoyarían las propuestas del Ministerio, como el cierre perimetral o de las universidades.