Suele afirmarse que cualquier momento es bueno para emprender, siempre que se tenga pasión por el proyecto que se aborda y se sepan aprovechar las oportunidades que surjan en el mercado. Una crisis como la actual, marcada especialmente por la pandemia de covid que ha puesto el mundo patas arriba, también genera oportunidades. Al menos así lo reflejan los datos de creación de empresas facilitados por la Cámara de Comercio de Burgos a este periódico. En total, a lo largo del año 2021, se produjeron 324 altas en Aranda y la Ribera del Duero.
El sector con más pujanza fue el que engloba comercio, restauración y hospedaje, con 110 empresas nuevas, muy por delante de instituciones financieras, seguros y servicios empresariales, con 77.
Le sigue, con 61 altas, la categoría de «otros servicios», en la que se incluyen prestaciones tan diversas como servicios agrícolas, ganaderos y forestales, de saneamiento, limpieza, consultas y clínicas veterinarias, asistencia y servicios sociales, escuelas de deporte, espectáculos al aire libre, lavanderías, tintorerías, salones de peluquería, reparación de ropa, adiestramiento de animales, servicios fotográficos, máquinas automáticas, casinos o salas de baile y discotecas. Mientras, en cuarto lugar se sitúa el sector de la construcción, con 46 firmas nuevas en todo 2021.
Los datos, basados en el censo de Hacienda, reflejan que también hubo nueve inscripciones de industrias manufactureras y otras nueve de transporte y comunicaciones, a las que suman tres altas de industrias transformadoras de metales, otras tres ganadería independiente, tres más de agentes comerciales y una de energía y agua.
Las cifras evidencian que el emprendimiento vuelve a crecer pese a los tiempos convulsos. En 2020, en Aranda y la Ribera del Duero se registraron 278 empresas. Comercio, restauración y hospedaje también lideraron el ranking, con 79 altas, apenas seis más que las que aportaron las instituciones financieras, seguros y servicios empresariales. Otros servicios terminó el año con 59 nuevos registros; construcción con 36; industrias manufactureras con 12; transporte y comunicaciones con 11; y ganadería independiente, extracción de mineral e industrias transformadoras de metales, con dos cada una.
No obstante, cabe destacar que esta estadística engloba un sinfín de supuestos, desde empresarios individuales que han pasado a sociedad limitada, a empresas que han abierto una nueva licencia en la zona aunque esa misma empresa estuviese ya constituida desde hace más años en Burgos. Asimismo, se incluyen empresas de fuera que en un momento puntual del año trabajaron en Aranda o la comarca, por ejemplo, dentro de una unión temporal con otras compañías, pero que en la actualidad no tienen actividad. Es decir, multitud de casos particulares sin que figuren las bajas que suelen producirse de forma simultánea.
Estadísticas aparte, la creación de empresas esconde rostros como los de Sara, Luis Carlos, María del Carmen, Verónica y Pedro. Emprendedores que, como los datos, revelan una realidad variopinta: hay quienes con 31 años abren su propio negocio, otros que cambian de ubicación y también quienes apuestan por los pueblos para dar servicios y por amor a las raíces.
Sara Moreno
Con ganas de trabajar a su manera
«Mucha gente me dice que soy una valiente por abrir ahora»
Sara Moreno acaba de cumplir tres meses al frente del centro de estética Sagitario. Después de ocho años trabajando por cuenta ajena, tenía ganas de probar suerte, montar su propio negocio y «hacerlo a mi manera». Por ahora, las sensaciones son buenas. Aunque debuta en el «maravilloso mundo del autónomo», lo cierto es que no empieza de cero. El hecho de ser de Aranda juega su favor y a clientes que la conocían de antes, va sumando otros nuevos.
La prueba de fuego, como ella misma dice, llegará en primavera y verano, que es cuando «todos nos cuidamos más, empezamos a quitarnos los abrigos y nos queremos ver mejor». De hecho, la reactivación de bodas y comuniones tras dos años de parón por la pandemia de coronavirus, ya se empieza a reflejar en su agenda con «bastantes maquillajes reservados». También ofrece limpiezas de cutis, tratamientos faciales antiedad, masajes relajantes o depilación.
La buena acogida que está recibiendo le da fuerzas en el día a día. Cuenta con el apoyo de su familia y su grupo de amigos. De hecho, a sus 31 años, es la primera de la cuadrilla que se ha animado a emprender. «Es arriesgarte y probar suerte. Mucha gente me dice que soy una valiente por montar esto ahora. Creo que con ganas y trabajo se puede sacar adelante», asegura al respecto.
Ella misma se ha encargado de decorar el local, ubicado en la calle Barrionuevo. Fue terminar su anterior trabajo en noviembre y arrancar con el nuevo a mediados de diciembre. Una vez pasado el ajetreo de la mudanza, admite que lo que más le gusta «es que la gente venga y se relaje al menos durante una hora, que dejen de pensar en los problemas que todos tenemos». Sara, que estudió en Valladolid el grado superior de estética, anima a otros jóvenes a emprender: «Claro que cuesta, pero hay que ir a por ello».
Luis Carlos González
Ha trasladado su negocio de diseño al centro
«Entre reformas y vivienda nueva el mercado está bien en Aranda»
Luis Carlos González suma dos décadas de experiencia en el mundo del emprendimiento. Estrenó 2021 con nueva ubicación para su negocio. Cambió la avenida Castilla por la calle San Antonio, en pleno centro de Aranda. «Estratégicamente, aquí estoy mucho mejor. Por esta zona pasa mucha más gente», explica.
Lo que no ha variado son los servicios que ofrece en Enboga Home: diseño de cocinas y baños, amueblamiento y reformas integrales. Todo comenzó, como tantas y tantas historias, gracias a sus amigos. A Luis Carlos le pedían que les montara sus cocinas. Primero uno. Luego otro... Y él, que por aquel entonces trabajaba como carpintero, se decidió a abrir su propio negocio de diseño. Corría el año 2003 y lo recuerda como «un boom» por los productos «exclusivos y modernos» que empezó a vender en Aranda y los pueblos de la Ribera. Tenía 29 años. Reconoce que le surgieron multitud de dudas y que fue «duro», mucho más que el traslado que ha acometido hace poco más de un año.
No sólo porque ya cuenta con un camino recorrido, sino porque el mercado inmobiliario vive, a su juicio, un buen momento a pesar de los estragos económicos y sociales causados por la pandemia. «El mercado está bien, hace poco se han entregado tres o cuatro promociones de viviendas nuevas en Aranda, más las reformas de particulares», constata. González siempre ha trabajado en la comarca, a la que ve potencial por las grandes y pequeñas empresas que alberga, además del viñedo:«Es un motor muy bueno y estratégicamente está muy bien situada».
Tampoco le costó demasiado encontrar un local que se ajustase a lo que buscaba. Él mismo se encargó de acondicionarlo. Y, como en sus inicios, se mantiene fiel a una fórmula basada en una «atención muy mimada» y en dedicar más tiempo a cada diseño.
María del Carmen del Pico
Acaba de inaugurar dos apartamentos turísticos
«En el pueblo están contentos porque tienen otro servicio»
María del Carmen del Pico es otro de los nombres y apellidos que engloba la estadística de creación de empresas en 2021. Se dio de alta en el régimen de autónomos en el mes de diciembre. Poco después, el 7 de enero, ya puso en marcha sus dos apartamentos turísticos en San Martín de Rubiales. Reconoce que no ha sido fácil llegar hasta este punto, pero se muestra contenta con el resultado. Ya ha acogido a sus primeros huéspedes y tiene alguna reserva para el festival Sonorama Ribera en agosto.
Compró una casa para su posterior rehabilitación en 2017. Le costó encontrar arquitecto. Hasta marzo de 2020 no recibió el visto bueno a su proyecto. Justo estalló la pandemia. Después, llegó la subida de precios de multitud de materiales.Unos presupuestos variaron. Otros se mantuvieron... Y, a base de paciencia, no se rindió. «Me ha costado mucho, pero he llegado», dice aliviada.
En su opinión, emprender se asemeja a una carrera de obstáculos y aunque admite que ante unas circunstancias así hay muchas personas que lo terminan dejando, ella ha aguantado por cabezonería. Sea como fuere, San Martín de Rubiales ya dispone de un nuevo servicio de alojamiento. «En el pueblo están contentos», aplaude Del Pico, lo que le permite tener una actitud positiva.
Ribera Natura ofrece dos apartamentos con dos habitaciones, dos baños, cocina y salón-comedor. Cada uno está preparado para alojar a grupos de entre cuatro y seis personas, mientras que si se opta por reservar la casa entera podrían entrar hasta 14 personas. Una vez concluidos con éxito todos los trámites burocráticos, María del Carmen también subraya que ella misma se ha ocupado de la decoración de sus alojamientos, lo que le ha supuesto «un esfuerzo importante» a la par que satisfactorio.
Pedro Carazo y Verónica Diosdado
Constructores, guías de naturaleza y artesanos
«Hay que sacar adelante el medio rural y crear empleo»
A falta de uno, buenos son tres negocios. Verónica y Pedro trabajan como constructores, guías de turismo activo y artesanos. Todo al mismo tiempo. Así, tal cual. Esta pareja de 'terremotos', él de Arandilla, ella palentina, decidió instalarse en Coruña del Conde. Y, por si no tuvieran poco con sus múltiples dedicaciones, a ratos también están arreglando la casa que se compraron. Entre semana, son albañiles. Y los sábados y domingos se les puede encontrar ya sea en una ruta por la naturaleza, de micología cuando es temporada, haciendo espeleología o en vías ferratas, especialmente en la de Huerta de Rey.
En mayo de 2021, Verónica puso en marcha Art Hebe, una tienda de artesanía en la que vende de forma online tallas en cuerna de corzo, rosetas de ciervo y madera. Todo hecho a mano. Cuenta que el verano le fue muy bien y que no paró de tallar unas cuernas que, por cierto, proceden del desmogue, es decir, que los animales las tiran de manera natural todos los años. «No se mata a ningún corzo para tallar», precisa al respecto. Como también que se adapta a lo que le pidan. De hecho, hace poco talló un pulpo jugando a bádminton para un cliente gallego.
En lo que respecta a las rutas por la naturaleza, funcionan bajo demanda con un mínimo de 4 personas y un máximo de 7 para «dar un trato personalizado». Dos negocios que «no dan para vivir», de ahí su empresa de albañilería, pero que refuerzan su apego a las raíces. «Nos encanta el entorno rural y apostamos por ello. Se vive mil veces mejor que en una ciudad, así que hay que sacar adelante los pueblos y generar empleo», dice convencida Verónica. Admite que emprender es «muy difícil» y que en «el entorno rural o se te dan bien las redes sociales o estás muerto», pero no duda en recomendarlo: «Aquí todo el mundo se ayuda».