Imposible borrar las lágrimas de sus ojos. Nada consuela a Mhamed y Najat después de ver cómo se derrumba el sueño por el que llevaban peleando toda una vida. En Nochebuena estrenaban la casa que habían comprado con sus ahorros después de mucho trabajo y esfuerzo, pero al calentar la gloria se desataba la gran tragedia. El amplio inmueble que habían adquirido en Villanueva de Odra, pedanía de Villadiego, quedaba destrozado por el fuego y truncaba su ilusionante proyecto.
La familia, con tres niños, apenas pudo disfrutar de su nueva vivienda. «Mi hija vio chispas por detrás de la casa, estábamos felices por quedarnos allí, pero cuando me asomé ya tenía fuego una de las maderas», recuerda Mhamed. Solo tiene palabras de agradecimiento para los vecinos del pueblo, que le ayudaron desde el primer momento. Entre todos sacaron de la casa, como pudieron, los diferentes objetos personales y la ropa. Ahora han regresado a Los Barrios de Villadiego, donde él trabaja como ganadero y donde habían vivido hasta este momento en un inmueble que pertenecía a su jefe. Allí acumulan en un remolque y en una habitación las pertenencias que rescataron, muchas de las cuales han quedado inservibles por el agua.
Buscaban instalarse en un pueblo puesto que Mhamed reconoce que le encanta el medio rural y disfrutar de su propia huerta, de ahí el amplio jardín con el que contaba su nueva vivienda. «A mí me gusta este tipo de vida, no el de las ciudades», desarrolla. Llevaban viviendo en Los Barrios de Villadiego desde hace cuatro años y ahora les tocaba por fin disfrutar de su propiedad, pero la mala suerte se cruzó en su camino. Anteriormente había trabajado en otros puntos del país, incluso en el sector de la construcción, pero ahora esta zona de la comarca Odra-Pisuerga no la cambia por nada.
Uno de los grandes objetivos que perseguía esta familia es que los tres pequeños, de 3, 8 y 12 años, fueran felices y que pudiesen jugar con otros niños, algo que habían encontrado en Villanueva de Odra al tratarse de un pueblo más grande que Los Barrios. «Aquí no hay nadie de su edad y por las tardes vamos a Villadiego para que jueguen con los demás», dice Mhamed, que reconoce que tenían muchísima ilusión con esta mudanza. «Allí ellos estaban contentos y hasta habíamos puesto luces de Navidad en un árbol, me duele muchísimo por ellos», añade el hombre, a quien le resulta imposible todavía mirar los vídeos del incendio que posee en la galería de su móvil y también le cuesta hablar sin romper a llorar por lo sucedido.
La casa contaba con un tejado renovado, pero ha quedado destrozado. De hecho, todo el interior se encuentra en estado de ruina y ayer incluso se caían algunas partes. Recuperar el interior resulta imposible y se necesitaría una reforma completa para que pueda volver a ser utilizado en el futuro, aunque los bomberos informaron a los vecinos de que la fachada no había sufrido graves daños y la estructura se mantiene intacta.
«Al menos pudimos salir y no nos ha pasado nada a nosotros, estamos vivos a pesar del dolor que siento cuando lo pienso», comenta Mhamed. Asume que peor hubiese sido si esto les llega a ocurrir mientras duermen y no se dan cuenta, por lo que trata también de mirar el único aspecto positivo que se puede rascar de este auténtico drama. Intentan sacar fuerzas como pueden, pese a que se trata de momentos muy duros. Najat, que lo está pasando especialmente mal estos días, únicamente espera olvidar cuanto antes esta tragedia y encontrar lo más rápido posible una solución para recuperar la sonrisa que tenían hace solo unos días.