La gestión interna de un ayuntamiento puede llegar a realizarse puntualmente sin el alcalde o concejales, pero nunca sin la figura del secretario, indispensable para que todo se desarrolle siguiendo un orden, aunque no siempre resulta fácil de tener. El pasado mes de junio, el Consistorio de Monasterio de Rodilla se quedó por sexta vez en seis años sin este empleado municipal. Para un municipio pequeño de menos de 165 habitantes es complicado optar a un secretario de carrera porque hay pocos, y los que hay prefieren trabajar en ayuntamientos mayores, donde las condiciones laborales y salariales suelen mejorar.

De nuevo, las oficinas municipales se quedaron sin la persona que ejerce la fe pública y desempeña tareas de asesoramiento legal, y según un vecino de la localidad que prefiere mantener el anonimato y que ha intentado consultar en el periodo de exposición pública la información de la cuenta general del año 2020-2021, no ha tenido la oportunidad de ojear la documentación ya que «a día de hoy no hay nadie que atienda las consultas y dudas de los ciudadanos sobre este y otros asuntos», manifiesta.

El hecho de que el secretario que más tiempo ha permanecido ocupando el puesto desde el año 2016 solo haya aguantado poco más de un año (de finales de 2017 a principios de 2019) hace desconfiar a un grupo amplio de residentes sobre la gestión que lleva a cabo la corporación municipal.

En reuniones convocadas por algunas asociaciones locales para tratar diferentes temas, «los asistentes han mostrado su indignación sobre los múltiples cambios. La gente se cansa porque en un municipio con un buen presupuesto no es normal que en seis años vayan a circular siete profesionales. Creemos que esto corresponde con una prueba evidente de que los corporativos no funcionan como deberían», exponen desde la agrupación Tritium Autrigonum.

En lo que va de año ya se ha marchado un empleado y en los próximos días se incorporará de manera oficial otro secreatrio-interventor. No obstante, este cambio de personal tan continuado no sorprende al alcalde de la Monasterio, Antonio José Ibeas, que declara a este periódico que «hay un movimiento de secretarios generalizado en todos los pueblos y que no se debe a nada en concreto. Asimismo, asegura que «no han surgido problemas» con ninguno y que «todo funciona correctamente».

Por contra, otras personas consideran que «no es normal que en tan poco tiempo dejen seis empleados el cargo» y denuncian que «hay decisiones que se toman en las oficinas que luego ocultan al resto de la ciudadanía».

En 2016 se marchó antes de lo previsto el secretario de toda la vida, y a partir de entonces, todos aquellos que han ido pasando por el despacho han decidido abandonar. En 2017 se fue la segunda persona que ocupó el cargo, en 2019 la siguiente, al igual que en el año 2020, 2021, y el último hace escasas semanas.

Transparencia. La resolución del Comisionado de Transparencia de Castilla y León sobre la queja de un vecino que había solicitado en dos ocasiones información pública relacionada con las obras ejecutadas en el polideportivo municipal, demostró que aunque parezca posible que se puedan negar ciertas atenciones, definitivamente no lo es. El órgano que preside Tomás Quintana explicó muy bien en la resolución que el Ayuntamiento de la localidad tiene la obligación de mostrar dicha información en caso de que alguien tenga interés en leerla y estudiarla.

Según las declaraciones que el regidor ha dado en otras ocasiones, desde el Ayuntamiento «no ponen trabas» para mostrar los datos requeridos, aunque algunos vecinos lo desmienten.