A barra por kilómetro

R.E.M. / Pesadas de Burgos
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La zona de Los Altos se quedó sin pan al resultar poco rentable y ahora desde Oña, Fran Riscado suma 100 kilómetros para vender 100 piezas

Fran Riscado se encarga de realizar la ruta, que llega a Pesadas a las 9 de la mañana. - Foto: Jesús J. Matías

Hasta 100 kilómetros recorre Fran Riscado con su furgoneta para llevar el pan a los pueblos de Los Altos, al norte de la provincia de Burgos. La zona se había quedado sin ruta y ahora lleva aproximadamente un centenar de piezas a una quincena de pequeños municipios. Desde Oña, concretamente desde la Panadería Ramón, no querían dejar a los vecinos sin este producto básico y se han puesto manos a la obra para desarrollar dicho trayecto a sabiendas de que -en los tiempos que corren- no resulta demasiado beneficioso desde el punto de vista económico.

«A diario más o menos sale una barra cada kilómetro, no resulta rentable, aunque luego es verdad que los fines de semana o en los puentes se vende bastante más», explica Fran mientras reparte el pan por Pesadas de Burgos. Aquí arranca bien temprano, a las nueve de la mañana. Tiene cuatro paradas para cuatro vecinos, quienes cogen pan suficiente para que sobre para el día siguiente puesto que solo pasa cuatro días a la semana y se puede conservar perfectamente al ser totalmente artesanal.

Para los propios vecinos supone también una gran alegría contar con el panadero a la puerta de casa, ya que se trata del único medio que tienen para acceder a este producto básico. «Se trata de salir a buscar a los clientes», afirma el panadero, que reconoce que tras quedarse sin el servicio rápidamente se pusieron en contacto con ellos. Además de pan, lleva desde leche a embutido. Isabel es una de las consumidoras de Pesadas, que explica que «en esta época estamos pocas casas abiertas ya, solo seis, sin embargo en verano está todo lleno».

¿Se imaginan vivir sin panadero en el pueblo? Pues los vecinos prefieren ni pensarlo. «Nos tendríamos que haber arreglado de otra forma, no sé cómo, pero esto es necesario», dice Isabel. «Antes venía seis días a la semana y ahora cuatro, pero estamos encantados», afirma Montse, que cree que no pasa nada por ello puesto que «se mantiene bastante bien». Apunta que lo más cercano es Sedano, a 15 kilómetros, por lo que en caso de no llegar el panadero «nos tendríamos que haber buscado la vida de otra forma».

Pesquera, Dobro, Ahedo de Butrón, Porquera, Pesquera, Tubilleja, Tudanca, Cidad o Villalaín son algunos de los múltiples pueblos que atraviesa la ruta. También reparte por el Valle de Manzanedo, «donde igual sí es verdad que está un poco más junto todo», y posee despacho propio en Villarcayo. «En invierno hay muy poca gente», lamenta, aunque recalca que en verano incluso se triplican las ventas. «Si eres solo repartidor no compensa», asegura Fran, que trabaja también en la panadería.

Por otro lado, el panadero considera que la gente debería concienciarse de que estos panes se pueden mantener varios días y, de la misma forma, piensa que hay que tener más presente que lo que se vende en las grandes superficies no se parece ni por asomo.

ARCHIVADO EN: Oña, Burgos, Villarcayo