Castilla y León cuenta en la actualidad con 25 centros industriales vinculados al sector eólico en seis provincias, donde crean y generan 6.000 empleos directos de calidad, y entre un diez y un 15 por ciento más de indirectos (hostelería, talleres mecánicos, gasolineras y personal de obra civil). Muchas de estas instalaciones se encuentran en lo que han dado en llamar la ‘España Vaciada’, que en la Comunidad representa uno de sus máximos exponentes. En total, en España se contemplan 207 centros de este tipo en 16 de las 17 autonomías. El país contabiliza 20.306 molinos para 1.123 parques eólicos en 807 municipios.
Muchos de los puestos de trabajo los protagonizan empleados que se han quedado a vivir “en pueblos de diez habitantes, pero también en cabeceras de comarca si la distancia no es mucha”. “En algún caso tenemos compañeros que gracias a su familia se mantiene abierto el colegio”, dijo el presidente de la Asociación de Promotores Eólicos de Castilla y León (Apecyl), Javier Gracia. “Hay que potenciar eso. La instalación está donde está y es muy difícil de deslocalizar”, añadió.
Todo esto sucede en la Comunidad líder de potencia eólica contratada, con un acumulado de 5.595 megavatios gracias a sus 244 instalaciones eólicas, de un total nacional de 23.484 y 1.123 parques (con 20.306 aerogeneradores). Ello, a pesar de que el pasado año no estrenó ningún parque nuevo, al contrario que otras regiones. Apecyl se ha fijado el reto de incrementar la potencia instalada en la Comunidad hasta 10.000 megavatios en 2030. A Castilla y León se sigue Castilla-La Mancha, de lejos, con 3.817 megavatios (144 instalaciones), de los que 10,37 de ellos entraron en funcionamiento en 2018.
Los datos de la Agenda Sectorial de la Industria Eólica, publicada por la Asociación Empresarial Eólica (AEE) y a los que tuvo acceso Ical, evidencian que el sector, a pesar del cierre traumático de centros importantes como el que Vestas poseía en Villadangos del Páramo, puede presumir de tener una buena base de este tipo de infraestructuras. De hecho, la propia firma danesa dispone de otras seis instalaciones en el territorio regional.
Los 25 centros, muchos de ellos asentados en el medio rural de Castilla y León, corresponden a multinacionales, pero también a pequeñas empresas del sector, de carácter local y provincial, que han crecido al albur de un ámbito económico de futuro y con mimbres para crecer, con una media de entre 20 y 30 empleados por pyme. En este sentido, también surgen compañías como por ejemplo para los cambios de aceite de multiplicadoras. “Son empresas que se han adecuado a este entorno. Han pasado de ser una subcontrata estándar a ser muy especializada”, subraya.
De hecho, Gracia Bernal remarca otro de los ejemplos de este tipo de empresas: “El que tiene máquinas excavadores todos los años factura 200.000 euros con los parques que tiene alrededor. Es gente preparada y con presencia cercana”. La práctica totalidad de la cadena posible de valor que rodea un parque eólico es local, desde la fabricación al canon de ocupación que percibe el Ayuntamiento y el gasto del personal de mantenimiento en la zona. Todo, salvo reparaciones muy concretas de fibra óptica u otras labores específicas.
La antigüedad, una preocupación
Una de las principales preocupaciones del sector reside en la antigüedad de los parques, algo sobre lo que también advierte el informe de AEE. Así, en 2020 casi la mitad de los aerogeneradores españoles, que se traducen en 10.000 megavatios, tendrá más de 15 años. De ellos, 17 se encuentran en Castilla y León, de los 245 que en el conjunto del país se enfrentan a este escenario. Por su condición de pionero en energía eólica, España es el primer país que se va a enfrentar al proceso de finalización de la vida útil de sus parques eólicos, junto a Dinamarca y Alemania.
AEE alerta de que una parte importante del sector se verá obligado a tomar decisiones sobre el futuro de unas instalaciones que, en muchos casos, ya no cobran incentivos desde la reforma (todos los parques anteriores a 2004) y que cuentan con equipos antiguos.
Las opciones se reducen a tres: repotenciación, con un desmantelamiento y sustitución de los aerogeneradores antiguos por otros nuevos de mayor eficiencia; extensión de vida del aparato, con una mejora y sustitución de componentes para alargar la operación del mismo bajo condiciones de seguridad garantizadas; o desmontar los parques, con la consiguiente reducción de potencia instalada a nivel nacional.
Por el momento, y con las empresas preparándose ya para ese momento de forma progresiva, Castilla y León mantiene su liderazgo en potencia eólica instalada, con una cuarta parte de España.
Centros industriales
Actualmente, España dispone de 207 instalaciones industriales. A ellos se suman 21 centros de investigación de nueve universidades con actividades en el sector eólico. Además, el país es el cuarto de la UE y el sexto del mundo en solicitud de patentes eólicas, con 512, sólo superado por Alemania (2.101), Dinamarca (1.691), Estados Unidos (1.682), Japón (950) y Reino Unido (588). De las totales de España, Castilla y León es la séptima Comunidad con más patentes, hasta 28, en el período 2005-2017. Por encima, autonomías como Navarra (174) y País Vasco (139), que lideran la lista, seguidas de Madrid (98), Cataluña (64), Andalucía (40) y Galicia (30).
Además, 22.578 personas trabajan en el sector y las exportaciones de esta industria alcanzan los 2.391 millones de euros, el cuarto país del mundo.
De esta cifra de empleados, muchos de ellos lo hacen en los 25 centros de Castilla y León. La mayor parte en los 16 que se dedican a trabajos de mantenimiento. El resto se dividen en ensamblaje y logística (cuatro), fabricación de torres (dos), así como como en multiplicadoras (uno), palas (uno) y generadores (uno). Estas tres últimas se encuentran ubicadas en Lerma (Burgos), Ponferrada (León) y Ólvega (Soria), respectivamente. Las de torres, en Burgos capital y Aranda de Duero; y las de ensamblaje, en Ágreda y Ólvega (Soria), San Román de Bembibre y Villadangos del Páramo (León).
Las 16 de mantenimiento se reparten entre las ciudades de Burgos, Valladolid y Palencia, además de en localidades como Retortillo de Soria, San Pedro Manrique, Almazán y Carbonera de Frentes (Soria), Ampudia y Astudillo (Palencia), Hospital de Órbigo y Bembibre (León) y Benavente y Coreses (Zamora).
Por provincias, estos centros industriales dominan en Soria, con siete, y Burgos, con seis. Les siguen León, con cinco instalaciones, Palencia, con tres, y Valladolid y Zamora, con dos en cada caso.
Respaldo a los ayuntamientos
Otro de los puntos favorables de los que habla Apecyl es la recaudación de los ayuntamientos a través de los cánones de ocupación y los impuestos. Con ellos, disponen de unos ingresos que “en muchos casos les ha permitido acondicionar el pueblo y mantenerlo vivo”. En el caso de San Pedro Manrique (Soria), por ejemplo, existe un contrato con una mancomunidad de 14 pueblos. “Cualquier alcalde de ellos puede decir que todas las inversiones las hace por los impuestos y el canon de ocupación que llega de la eólica”, sentenció el presidente de Apecyl. Hay que recordar que es un tributo “recurrente” todos los años que oscila entre los 6.000 y 7.000 euros por aerogenerador.
Gracia Bernal destacó que existe emprendimiento “en el sector y en el medio rural”, algo que se demuestra en que se importa “muy poca tecnología y casi ninguna tarea”. En cambio, matiza que Castilla y León sí exporta, además de materia prima, conocimiento “cuando se van a poner en marcha parques en otras partes del mundo”. A su juicio, la estructura más común es que desde la Comunidad “se forma a la gente local, empiezan los trabajos y regresan, pero la tributación es española”. “El eólico es la renovable que más riqueza deja en el entorno local. Es economía circular demostrada al 100 por 100”, apuntó el responsable de Apecyl, quien cree que se ha llegado a este escenario gracias a la colaboración público-privada “ejemplar que otras comunidades desearían”.
Cuota de mercado
La cuota de mercado por generación de eólica en España fue del 19 por ciento en 2018 (48.902 gigavatios hora), una quinta parte, que representa a 12 millones de hogares. Castilla y León, con una cobertura de la demanda eléctrica del 80 por ciento, según datos de Red Eléctrica Española (REE), supone un “caso extraordinario”, ya que se trata de una autonomía que “exporta mucha más electricidad de la que consume”. Sin embargo, es la primera en la que el sistema de generación de electricidad procedente de la eólica se encuentra por encima de las demás, incluso de la hidráulica (22 frente al 24 por ciento).
En España, el sector eólico moviliza 3.394 millones de euros, el 0,31 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), y evita la emisión de 25 millones de toneladas (2018). Además, los consumidores industriales ahorraron 3.540 millones de euros.