Al igual que la victoria tiene muchos padres, la paciencia suele procurar algún hijo pródigo. Ades Arqueología y el Ayuntamiento de la Merindad de Río Ubierna acaban de recibir una doble recompensa a 4 años de minucioso trabajo y dedicación con el extraordinario hallazgo de dos sepulcros de época visigoda bajo una de las capillas que tuvo la ermita de Montes Claros.
Los sepulcros se encuentran intactos y dentro guardan los restos óseos de dos individuos, y quién sabe si algún otro tesoro más en forma de ajuar o joya. En el Museo de Burgos aguardan ya a que se seque el limo que a lo largo de los siglos se ha colado en su interior para proceder a la exhumación de los huesos, la parte final de una campaña de excavaciones que los expertos Óscar González y Gerardo Martínez califican de «espectacular».
Artísticamente también resulta muy relevante el hallazgo por la peculiar decoración de una de las tapas, la que se ha rescatado intacta, de la que apenas se conocen ejemplos cercanos.
A las 10 de la mañana, todo eran nervios en la verde explanada que rodea a la ermita de Ubierna, al pie de la carretera que lleva al pueblo. Los arqueólogos, Óscar González y Gerardo Martínez, miraban una y a otra vez a esos dos individuos que yacen dentro de las tumbas, con ganas ya de trasladarlos a la que será su nueva morada, el Patio de Luces de la Casa Miranda.
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