B2 Space Launch Systems nació hace seis años en Reino Unido, aunque es una empresa que ha tenido su sede social en Pineda de la Sierra, donde están las raíces familiares de uno de sus fundadores, Víctor Montero, director de Negocio y Operaciones.
Cuatro profesionales españoles, trabajadores en el entorno Airbus, crearon esta startup para facilitar el acceso al espacio al mayor número posible de compañías, como si fueran unos pequeños transportistas estelares. La miniaturización de la electrónica y su reducción de costes ha facilitado la puesta en órbita de microsatélites para desarrollar todo tipo de servicios, desde las telecomunicaciones, la seguridad, la agricultura de precisión, la observación terrestre, la investigación atmosférica e incluso la generación de estrellas fugaces bajo demanda, como oferta una firma japonesa.
«Garantizamos un 80% de reducción de costes y 70% de reducción de combustible con respecto a un lanzamiento tradicional de cohete desde tierra».
B2 Space, que cuenta con 26 trabajadores en plantilla, realiza operaciones estratosféricas ayudada por grandes globos aerostáticos, que elevan a alta altura (hasta 35 kilómetros) una plataforma de estabilización, posicionado y lanzado de un cohete que puede portar hasta 200 kilos de pequeños satélites para ponerlos en órbita.
Esta empresa llegó a Villafría, al Centro Europeo de Empresas e Innovación, atraída por las ayudas de la Junta de Castilla y León para empresas aeroespaciales. «La embajada española en Reino Unido nos invitó a un evento en que nos puso en contacto con empresas y 9 comunidades autónomas. Visitamos 4 y elegimos Castilla y León por su tejido industrial y por la visión estratégica que vimos en la parte política».
BS Space realiza sus lanzamientos de prueba desde el aeródromo militar de León (en agosto hará el tercero) y también lo ha hecho desde Canarias, embarcados en un buque de la Armada. Actualmente trabajan en el desarrollo del lanzador que llegue a espacio, en el negocio de los sistemas de estaciones en plataformas a gran altitud (HAPS) y en la preparación de la industrialización de los procesos, que espera culminar a finales de 2023, según el plan estratégico en el que colabora la Junta de Castilla y León.
«Nuestro objetivo es llegar a los 45 lanzamientos anuales, rodearnos de un consorcio industrial de líderes en el sector para utilizar su tecnología y contar con su apoyo», explica Montero, quien adelanta que actualmente están inmersos en la tercera ronda de financiación, que asciende a 15 millones de euros.