La Fundación Caja de Burgos y el Ayuntamiento de la capital burgalesa han organizado la primera Temporada Lírica de Burgos, gestionada por la Asociación Juventudes Musicales de Burgos y que pretende enriquecer la vida cultural de la ciudad y crear lazos entre diferentes entidades locales.
El objetivo principal de este proyecto, que persigue consolidarse en el tiempo, es conformar una temporada lírica con raíces burgalesas, donde artistas y trabajadores de la ciudad puedan unir sinergias y trabajar de manera conjunta en pro de la cultura.
En esta primera edición se llevarán a cabo dos producciones, una de ópera y otra de zarzuela. El Fórum Evolución acogerá el domingo 9 de octubre, a partir de las 19.30 horas, el espectáculo Dido y Eneas, ópera en tres actos con música de Henry Purcell, producida por la Fundación Caja de Burgos, bajo la dirección musical de Pedro Bartolomé y con Laura Orueta (Dido), Sandra Redondo (Belinda), Alberto Martínez (Eneas) e Inés López (hechicera) como solistas principales. Con Javier Sariot como director de escena y Alicia Soto como coreógrafa, el montaje cuenta también con la orquesta y coro del Burgos Baroque Ensemble y los bailarines de la Escuela Profesional de Danza Ana Laguna de Burgos.
Dido y Eneas, con libreto en inglés del dramaturgo y poeta Nahum Tate, relata la historia de amor entre Dido, reina de Cartago, y el héroe troyano Eneas, y su desesperación cuando la abandona. La primera representación de esta ópera tuvo lugar en la escuela de muchachas de Josias Priest en Londres en 1688. El estreno comercial se produjo en Londres a principios de 1700. En España se presentó en el Gran Teatro del Liceo en 1956.
Se trata de una obra monumental en la ópera barroca y está considerada como la primera ópera nacional inglesa (la única en sentido estricto que compuso Purcell) y debe mucho a Venus y Adonis, de John Blow, tanto en estructura como en el efecto general.
Zarzuela en diciembre. El Teatro Principal acogerá el domingo 11 de diciembre la segunda de las citas de esta primera Temporada Lírica de Burgos. Se trata de la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente, de Federico Chueca, dirigida asimismo por Pedro Bartolomé, con Alberto Fernández como director de escena y un elenco de solistas formado por Rebeca García (Asia), Raquel Rodríguez (Doña Simona), Beatriz Valbuena (Manuela), Almudena Martínez (Pepa), Adolfo Muñoz (Serafín), Rafael Martínez (Vicente) y Jacinto Álvarez (Aquilino). Completan el equipo la Orquesta Sinfónica de Burgos, el Orfeón Burgalés y el Ballet Antología.
Estrenada el 23 de junio de 1897 en el Teatro Apolo de Madrid, Agua, azucarillos y aguardiente es una de las obras emblemáticas del sainete lírico madrileño de finales del siglo XIX, al concentrar algunos de sus elementos característicos: la levedad del argumento, la utilización de lo pintoresco local como principal atractivo y cierto carácter humorístico.
La obra refleja el ambiente de la clase media madrileña empobrecida y en contacto con la clase popular, presentando literaria y musicalmente una acción con alusiones constantes a noticias del día, a tipos -niñeras, barquilleros, aguadoras, etc.- y situaciones reales de penurias económicas y localizaciones concretas de la ciudad de Madrid.
Su parte musical se limita a un breve interludio, cuatro números musicales (uno de ellos integrado a su vez por mazurca, panaderos, cuarteo y pasacalle) y un final. Desde la noche de su estreno donde tuvieron que repetirse algunos números hasta cinco veces, el éxito la ha acompañado a lo largo del tiempo. Hoy en día sigue siendo una obra icónica del género chico.