Hay espacios en el mundo que, por su singularidad medio ambiental, destacan por encima las muchas maravillas que pueblan la Tiera. Lugares que, más allá de su belleza paisajística, albergan especies de flora y fauna únicas que, contra todo pronóstico, han logrado alcanzar un equilibrio en su convivencia con el ser humano. Son las llamadas Reservas de la Biosfera de la UNESCO, puntos que superan la convencional protección total a un determinado enclave, como sucede con los Parques Nacionales.
En estas reservas se busca un desarrollo económico de sus pobladores, pero con especial cuidado en la conservación de la naturaleza. De esta forma, se consigue a menudo el mantenimiento de los modos de vida tradicionales y se procura que la participación de los habitantes sea lo más activa y responsable posible. Se trata, además, de lugares que ofrecen múltiples oportunidades a la investigación en casi todos los campos de la ciencia y que suelen cumplir también una función de esparcimiento, descanso e información, todo ello sin degradar el medio natural. Son pues, en palabras de sus promotores, «escuelas de vida».
Es por todo ello que estos espacios son propulsados, mantenidos y estudiados por el Programa sobre el hombre y la biosfera (MaB) de la UNESCO, que este año cumple medio siglo, y que se suman a la amplia red mundial de Reservas de la Biosfera integrada por 669 enclaves en 120 países.
Apoyándose en espectaculares imágenes de estos puntos únicos en el planeta, una exposición fotográfica conmemora esta 50 aniversario y permite hacer un sorprendente viaje al aire libre por la biodiversidad mundial, a través de una selección de las más representativas Reservas de la Biosfera.
En total, 61 impactantes instantáneas conforman la muestra itinerante, que desde primeros de este mes y hasta el próximo 13 de octubre recala en el Paseo de Coches del Retiro, en Madrid. Tras pasar por otras ciudades españolas, la muestra, impulsada por la Fundación AXA y Lunwerg y comisariada por el naturalista Joaquín Araújo, busca recordar la importancia de la conservación del entorno natural y el futuro de nuestro planeta.
La iniciativa cuenta, además, con el apoyo del organismo Parques Nacionales, que en España gestiona la Red de Reservas de la Biosfera. En concreto, el país cuenta con 48 paisajes en la esta lista.
Así, en términos de diversidad natural, España ocupa un lugar destacado dentro de Europa en lo que a Reservas de la Biosfera se refiere. A las más de 80.000 especies diferentes que las pueblan, hay que sumar los paisajes especialmente protegidos a través de 15 Parques Nacionales, 151 Parques Naturales, 290 reservas de diferentes tipos, 346 monumentos naturales y 57 paisajes protegidos. Y, aunque se solapan con alguna de estas figuras legales, las 48 Reservas de la Biosfera españolas suponen también un claro liderazgo a escala mundial ya que países como Francia, por ejemplo, más grande, solo tienen 14.
Destacan en este grupo nacional islas como Fuerteventura, Lanzarote, La Palma, El Hierro y La Gomera; collares de reservas en la Cordillera Cantábrica, con los Ancares gallegos y leoneses y los Picos de Europa, asi como Sierra Morena; en Andalucía, resalta Sierra Nevada y las sierras de Cazorla, Segura y las Villas; los humedales, marismas y deltas, como las marismas béticas de Doñana, el Delta del Ebro y las lagunas manchegas; importantes son tambien los enclaves esteparios, como las Bárdenas Reales en Navarra y el Cabo de Gata en Almería; sin dejar de lado sierras y cordilleras como la Sierra de Ordesa en Huesca y Monfragüe en Cáceres; y culminando con las reservas transfronterizas, como las que comparte España con Portugal y la más internacional de todas, el Mediterráneo, que es intercontinental.
Mapa mundial
En total, hay 75 reservas en 28 países de África; 31 en 11 territorios árabes; 147 en 24 estados de Asia y el Pacífico; 129 en 21 naciones de Latinoamérica y países caribeños; y 287 en 36 territorios de Europa y Norteamérica.
En ellas están representadas las mejores manifestaciones de la vida en la Tierra: desde la sabana africana en Serengueti/Masái Mara Ngorongoro, a las selvas ecuatoriales como las del Gabón, Congo y Camerún, pasando por el originalísimo archipiélago desierto de Socotra, en Yemen, las lagunas endorreicas de la isla de arena australiana de Great Sandy, las siete grandes reservas Indias, la isla indonesia de Komodo o las enormes reservas del Amazonas colombiano o peruano. Sin olvidar las islas Galápagos o las reservas norteamericanas donde comenzó el movimiento conservacionista, como Yellowstone.
En Europa, Dinamarca aporta 97 millones de hectáreas a la red, y Rusia también incluye enormes extensiones, como la tundra ártica de Taimyrsky o las islas Commander, con 3,5 millones de hectáreas.