La emblemática planta de Azucarera situada junto a la N-I acumula décadas de historia, pero esta cuestión no es óbice para que se adapte cada año. En 2022 comenzó a usar el ferrocarril para transportar desde Aragón toneladas de remolacha a la Terminal de Contenedores Miranda (TCM) y, tras los resultados obtenidos en esta prueba, este curso pretende mantener la apuesta. Es más, según explica el responsable agrícola, Pablo Gómez, para la próxima campaña contarán con «tránsito casi diario de vagones».
Esta decisión llega por dos motivos esenciales. En primer lugar, Gómez argumenta que «el ferrocarril viene a solucionar la dificultad y el coste logístico, y también el impacto medioambiental». Por eso, considera que «es una solución perfecta para transporte lejano» y asegura que «ha llegado para quedarse». Pero, además, en 2023 aumentará el «volumen» de remolacha que llegará desde Aragón, por lo que la densidad del tráfico sobre los raíles debe crecer de la misma forma.
En este sentido, Gómez calcula que están multiplicando por tres la superficie sembrada en Huesca. Y no solo en esa zona, que será la única en la que empleen el tren. Entre todos los terrenos con los que cuenta Azucarera este año se prevé un incremento acumulado del 50% de suelo, aproximadamente. Con ello, la compañía estima que alcanzará las 3.600 hectáreas. Precisamente, el responsable agrícola de la planta apunta que podrían contar con unas 280.000 toneladas para la molturación. Eso sí, aclara que «todavía es pronto» para manejar una cifra exacta.
De hecho, aclara que el aumento del 50% en la superficie cultivada no es definitivo, en tanto que existe la posibilidad de que incluso aumente. Según explica Gómez, en estos momentos todavía se están sembrando algunos terrenos, sobre todo en las áreas más alejadas de la planta mirandesa. De forma concreta, estima que en torno al 20% del suelo con el que cuentan aún no se ha terminado de plantar.
En cualquier caso, aunque las cifras puedan variar al final, el responsable en Miranda reconoce que las estadísticas «son buenas». Conforme a su descripción, «se ha adoptado una estrategia distinta a la de hace años y vamos más de la mano del mercado», puesto que en la actualidad «los precios de la remolacha son muy atractivos ante escenarios alcistas en el azúcar», algo que ocurre ahora mismo. Unido a ello, Gómez comenta que el valor para los agricultores no solo es alto, sino que también lo conocen al firmar el contrato. Es decir, cuentan con un precio «seguro».
Inversión en eficiencia. Azucarera impulsará el transporte responsable con el medioambiente a través del ferrocarril, pero además la compañía pretende invertir en la planta mirandesa para ganar «eficiencia». Pablo Gómez explica que aún no hay un plan «concreto», aunque sí existe una «apuesta para modernizar las instalaciones y procesos, algo clave en la competitividad de una industria, teniendo en cuenta el coste energético al que se enfrenta». Con todo, adelanta que llegarán cambios a la sede de Miranda, porque «tiene una situación geográfica envidiable y requiere tenerla en posición de salida, con las mejores instalaciones».