El cambio climático es una realidad y la adaptación de la agricultura y la gestión forestal a él, un reto. Este aspecto, entre otros, se aborda en el proyecto europeo Life AgroForAdapt, que busca promover los sistemas agroforestales en España y Francia. Un plan multidisciplinar y transnacional en el que participa Burgos -junto a otras provincias de Castilla y León, Cataluña y la región mediterránea del país galo- al considerarse un lugar interesante para conocer la evolución y rentabilidad que supone la integración de árboles productivos en parcelas agrícolas o pastos ganaderos.
El proyecto arrancó a finales del año pasado y en la provincia ya se están instalando dos sistemas agroforestales silvoarables en terrenos privados, de los que se hará un seguimiento detallado a lo largo de los próximos 5 años. Uno de ellos está en la localidad de Valdeande, donde se está instalando una plantación de 3,3 hectáreas de diferentes árboles, tanto frutales como forestales, todos ellos de especies autóctonas y materiales vegetales lo más adaptados posibles al clima local. A partir del próximo otoño, las calles paralelas entre árboles se ?sembrarán con rotaciones de distintos cultivos herbáceos anuales. El otro está en Cuzcurrita de Juarros, donde se cuenta con una reciente plantación forestal maderable de alto valor de 1,5 hectáreas, que a partir de otoño se intercalará con siembras de rotaciones de leguminosas forrajeras de calidad con vistas a su siega para aprovechamiento ganadero.
Gracias al seguimiento de estas dos plantaciones y las del resto de sistemas planificados -en total más de 800 hectáreas- se llevarán a cabo diferentes publicaciones, jornadas y formaciones, con el fin último de acompañar de manera técnica a los agricultores, ganaderos y selvicultores interesados en implantar estos modelos de producción combinados, según explican desde la empresa burgalesa Sorbus Bosques Multifuncionales, que colabora con Agresta Sociedad Cooperativa en el desarrollo de este proyecto en Castilla y León, que cuenta en total con 8 beneficiarios entre España y Francia, y está coordinado desde el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña.
Estos sistemas agroforestales con los que se está experimentando en estos dos puntos de la provincia son una de las soluciones que se contemplan para mantener la viabilidad del sector de la agricultura, a la vez que mejorar su sostenibilidad y su capacidad de adaptación a las amenazas del cambio climático. «El proyecto LifeAgroForAdapt pretende evaluar en la práctica el rendimiento económico y los beneficios ambientales de diferentes modelos de sistemas agroforestales, y demostrar que pueden ser una herramienta eficaz para conseguir estas adaptaciones en los países mediterráneos», explican desde la empresa burgalesa, donde también recalcan la importancia del sector primario en la provincia, ya que ocupa la mayor parte de superficie y de la buena salud del mismo dependen en gran medida las posibilidades de combatir la despoblación.
Interaccion positiva. En estos sistemas agroforestales, los árboles interaccionan positivamente de diversas formas tanto con el ganado como con los cultivos agrícolas. Las tradicionales dehesas ibéricas, aún existentes en muchos de nuestros pueblos, son buena prueba de ello. Estos sistemas diversifican las producciones y pueden así aumentar su rentabilidad, al tiempo que mejoran los indicadores ambientales: la conservación del suelo, la protección del recurso hídrico, la absorción de carbono atmosférico y la biodiversidad local. Además, también contribuyen a reducir los impactos de las sequías y, en el caso del silvopastoralismo, la vulnerabilidad frente a incendios.
Otro de sus beneficios es que este tipo de sistemas puede adaptarse a todos los cultivos y condiciones productivas, siendo especialmente compatibles con otras estrategias de alto valor añadido como son la producción ecológica, la agricultura o ganadería regenerativas y la agricultura de conservación, entre otras.