La seguridad en el desempeño del trabajo debería constituir una materia básica para cualquier empresa y sin embargo los trabajadores siguen perdiendo la vida tras salir de casa para ganarse el pan. Las cifras de siniestralidad laboral de 2019 revelan una cara una cruz de una misma moneda.
Por un lado, 48 empleados fallecieron en sus puestos de trabajo durante el ejercicio, cinco más que en 2018, con un aumento porcentual del 11,6 por ciento. Por otro, los siniestros mortales in itinere, de camino al trabajo, bajaron a dos, desde los 16 del año precedente, con un descenso del 87,5 por ciento. La cifra global de fallecidos se situó así en medio centenar, nueve menos que en el 2018.
Los datos globales que facilita la Junta reflejan que durante el año que acaba de terminar, se contabilizaron en la comunidad, 26.795 accidentes laborales con baja, con un aumento del 4,8 por ciento, es decir, 1.246 más que en 2018. Los siniestros graves sumaron 226, once más que en el ejercicio, un 5,1 por ciento más en cifras relativas.
Por sectores, el número de accidentes creció más en la construcción, un 25,9 por ciento, hasta un total de 3.681; seguido ese aumento por el de la actividad primaria, con una subida del 10,2 por ciento, y 2.073 siniestros. Asimismo, en la industria se produjeron 7.820 accidentes con baja en jornada de trabajo, un 3,7 por ciento más que en el año anterior; y los servicios, 13.221, con un ligerísimo crecimiento del 0,1 por ciento.
En cuanto a los accidentes in itinere, en conjunto sumaron 2.535, un 8,7 por ciento menos que en 2018. Los graves de camino al trabajo fueron sin embargo, 30, dos más que en el ejercicio precedente.
Por lo que se refiere a las enfermedades profesionales, los casos reconocidos ascendieron en el ejercicio de estudio a 574 , lo que supone 81 más que en 2018, con un incremento en términos porcentuales del 16,4 por ciento.
Cifras inadmisibles
Las secretarias de Salud Laboral de CCOO y UGT en Castilla y León, Sheila Mateos y Azucena Pérez, criticaron duramente unas cifras “inadmisibles” con medio centenar de fallecidos en la Comunidad y un incremento de los siniestros graves y del global de los accidentes, un año más, y exigieron un incremento de las sanciones a los empresarios.
Mateos puso de relieve que la precariedad laboral está detrás de los siniestros y denunció que echan en falta desde que empezó la crisis “sanciones” incluso que “conlleven la cárcel para el empresario” porque alguien “debe asumir la responsabilidad” cuando no se ponen los medios adecuados.
En este sentido, comentó que la prevención y la seguridad y salud en el trabajo “parece ser” la última de las preocupaciones de la patronal cuando debería ser la materia que recibiera “el mayor de los cuidados”. “Se deben tomar las cosas más en serio y el nuevo Gobierno y la Junta deben elevar las sanciones porque sino nada cambia, cuando la prevención tendría que ser el primer punto del orden del día para cualquier empresario”, dijo.
Mateos lamentó que las reformas laborales han permitido una precarización total de las condiciones laborales y han cambiado la forma de los accidentes, ya que antes se producían por caída o aplastamiento y ahora responden más “a la mala organización” del trabajo, a ritmos y cargas inasumibles, así como a la falta de formación de los empleados.
Azucena Pérez constató que el dato de fallecidos, heridos graves y siniestralidad total en la Comunidad, es “para preocuparse, pero mucho”. En este sentido, denunció que las empresas han reducido las partidas para seguridad porque lo consideran un gasto en vez de una inversión y “de ahí esas cifras demoledoras”.
Pérez sentenció que la responsabilidad última de los accidentes es del empresario y “quiera o no debe cumplir con las medidas que establece la ley”. Por último, reclamó que se fortalezca a la inspección y apeló también a que se eleven las sanciones porque “mientras sea más barato incumplir que cumplir la ley” se seguirá incumpliendo.
Provincias
Por provincias, los siniestros laborales globales crecieron más en Zamora (1.673), un 12,8 por ciento; seguida por Ávila (1.380), 9,2 por ciento; Segovia (2.230), 8,9 por ciento; Salamanca (3.310), 6,7 por ciento; Valladolid (5.547) 6,1 por ciento; León (4.070), 3,2 por ciento; Palencia (1.884), 1,7 por ciento; Burgos (5.408), 1,2 por ciento; y Soria (1.293), 0,4 por ciento.
Por lo que se refiere a los fallecidos en su puesto, aumentaron sobre todo en Valladolid, donde se produjeron once, cinco más que un año antes. Asimismo, en Burgos se produjeron ocho y en Ávila cinco, con aumentos en tres y dos, respectivamente. Además, en Segovia fallecieron seis trabajadores y en Palencia, dos, lo que supone que aumentó su número en uno en ambas provincias.
Por el contrario, en Zamora, con cuatro, el número de empleados que perdieron la vida permaneció estable; mientras que en León, bajó en tres, hasta un total de siete; y en Salamanca y Soria, en dos en cada una, hasta cerrar el año con tres y dos obreros muertos en su desempeño, respectivamente.
En cuanto a los que perdieron la vida de camino al puesto, se registraron en Segovia y en Zamora, en la primera supone uno menos que en 2018, y en la segunda el mismo número. El año anterior también se produjeron fallecidos en Ávila (3), Burgos (1), Salamanca (1), Segovia (2), Soria (1) y Valladolid (7), cuando en 2019 no se produjo ningún siniestro mortal.