A pesar de que este curso «se ha levantado la mano» en todos los centros para aprobar al máximo número de alumnos, una nada despreciable cifra de estudiantes de la ESO y de Bachillerato ha suspendido asignaturas y se ha apuntado a clases de refuerzo. Comenzaron ayer en el Pintor Luis Sáez, único instituto de enseñanza secundaria de Burgos donde se puede ir a ‘recuperación’, pues el Félix Rodríguez de la Fuente se cayó de la lista a última hora, por falta de demanda.
La mayoría de los entrevistados -de cuarto de la ESOy de segundo de BACH- confesaron algo que no deja de ser curioso: echaron de menos al profesor, mantener un contacto diario con un docente que les explicara la materia. No atribuyen el suspenso en inglés, lengua, matemáticas a dicha carencia, pero sí que advierten de que esta circunstancia les ha desconectado del estudio. «Yo he estado peor en casa que en clase, seguir las asignaturas de lejos ha sido un jaleo», reconoce Adrián.
Ninguno de los estudiantes con quienes habló este periódico echan la culpa de sus malos resultados a haber estado desconectados tecnológicamente. «No he suspendido por la pandemia, yo arrastraba malas notas desde principio de curso», admite. Ahora bien, «no en todos los hogares han tenido los mismos recursos para seguir las clases, hacer los deberes y completar los exámenes», recuerda José Antonio Virumbrales, director del Pintor Luis Sáez. Ha habido familias en las que «había un portátil para tres hermanos y el padre, que estaba teletrabajando». Es verdad que la Dirección Provincial ha entregado muchas tarjetas SIM de datos para los alumnos, pero no ha sido suficiente en aquellas casas en las que solo había un ordenador.
El director del centro, a punto de empezar la clase. - Foto: ValdivielsoLo cierto, agrega el profesor, es que finalmente «se ha suspendido al que ya le iba mal». Ahora bien, casi todos los jóvenes que se apuntan a refuerzo acuden «con buena actitud y con ánimo de darle la vuelta a la situación». Comparten clase con chicos y chicas de todos los centros de Burgos, a quienes en muchos casos no conocen, pero «ya el hecho de volver a socializar ,a ver a compañeros de su edad, les motiva más». Además, «todos quieren sacarse el título de la ESO para después hacer FP e ir a la Ebau tras sacar Bach 2».
La vuelta a las clases ha obligado al Pintor Luis Sáez -Vadillos y Niño Jesús también imparten refuerzo de Primaria- a cumplir un protocolo de medidas de seguridad que se «sigue a rajatabla». Todos los estudiantes que entran por la puerta del centro han de desinfectarse las manos y, por supuesto, llevar mascarilla. Las clases están «continuamente con las ventanas abiertas y se descontaminan después de cada sesión».
Este regreso a las aulas por obligación constituye la culminación de un curso «perdido» para una mayoría de estudiantes, según reconoce un profesor que prefiere mantener el anonimato. Está de acuerdo en que «no había que dejar a los alumnos en la estacada», pero al mismo tiempo asegura que en su caso y, en condiciones normales, «una decena de alumnos habría suspendido la asignatura».
Que se ha levantado la mano «es una obviedad», comenta Virumbrales, quien advierte de que el dato de que a la Ebau hayan acudido un 26% más de estudiantes que en la anterior edición «es indicativo de que ha habido más aprobados que otros cursos».