«¡Oh! ¿Y yo no estaré ya / para cuando florezcan? / La tierra que me cubra / ¿no dará rosas? / ¿Sólo hay olvido, ni niebla de memoria / bajo las hierbas rústicas? / ¿En qué blasón antiguo / habéis visto ennoblecido el heno? / Hoy, está en su verdor / y mañana / lo arrojarán al horno. / Pero sabed que fui, / que viví y he existido. / Ni mi nombre os importe: / podéis pisar el césped, / recostaros». Los versos de ‘Eclesiastés’, el poema del Premio Cervantes abulense José Jiménez Lozano recogido en ‘Tantas devastaciones’, puso ayer el Jardín de los Zuloaga de Segovia el punto y final al sobrio y emotivo acto de homenaje organizado por Castilla y León para honrar la memoria de las miles de personas que han fallecido en la Comunidad a causa de la covid-19 desde el pasado mes de marzo. Las víctimas y los profesionales que han trabajado en primera línea durante el confinamiento para hacerle frente a la pandemia recibieron el reconocimiento y el cariño de la sociedad castellana y leonesa, en un acto que estuvo presidido por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, acompañado por todo su equipo de Gobierno, y al que asistieron alrededor de 200 invitados, en representación de todos los estamentos de la sociedad.
Un cuarteto de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León abrió el acto interpretando el ‘Adagio en sol menor’ de Albinoni antes de dar paso al himno de España. En el centro del escenario, una placa en homenaje a los fallecidos por la pandemia rezaba: «Hay huellas imborrables, vuestro testimonio de vida permanecerá siempre en nuestra memoria». Esa placa será instalada en un enclave «importante» aún por determinar del Edificio de Presidencia del Gobierno regional y, según confirmaron a Ical fuentes del Ejecutivo, placas con idéntico mensaje se instalarán en todos los hospitales de Castilla y León.
En una ceremonia marcada por el sofocante calor, el encargado de representar a los familiares de fallecidos por la covid-19 fue el salmantino Eduardo Estévez, quien perdió a sus padres, Isabel y Manolo, durante los peores meses de la pandemia y con solo tres días de diferencia. «La gente solo muere cuando la olvidan. Si puedes recordarme siempre estaré contigo», abrió su intervención citando las palabras de Isabel Allende en ‘Eva Luna’, para condensar el pensamiento que ha acompañado a los familiares de las víctimas durante la pandemia. «No os olvidaremos, a ninguno, porque habéis dejado huella, porque tanto habéis amado y habéis sido queridos. 3.793 castellanos y leoneses nos han dejado a causa de la covid-19. No son simples números, cada uno con su historia, su familia, su sueño...», subrayó antes de apuntar que «nos han dejado tanta huella como para recordarles cada segundo, porque siguen vivos, más que nunca, entre nosotros». Estévez destacó que «hemos perdido una generación de personas valiosas» y pidió «que se recuerde su aportación a lo que Castilla y León es hoy».
CyL da voz a afectados por la covid y honra a los fallecidosContra el olvido
A continuación, en representación de los profesionales de la sanidad y otros colectivos profesionales que han estado y están en primera línea de la lucha contra esta crisis sanitaria, intervino la médico internista del Hospital de Segovia Eva Ferreira. «Pensemos que el camino es largo y hay que recorrerlo juntos para llegar la meta. La solución y el futuro están en manos de todos. Esto no ha acabado todavía, no olvidemos lo pasado y las lecciones aprendidas», rogó. Tras reconocer que «hemos vivido situaciones que no hubiéramos imaginado», se congratuló de que «cada colectivo ha puesto lo mejor de sí y la población entera, con sus iniciativas solidarias y su estancia en casa ha contribuido a luchar contra la pandemia». « A pesar de todos los esfuerzos realizados hemos tenido que lamentar numerosas pérdidas, de forma especial en Castilla y León, compañeros que han caído en su labor de servicio y ayuda a los demás», lamentó.
El tercer y último testimonio de la ceremonia corrió a cargo del jefe de servicio de material movilidad de la Guardia Civil, Fernando Gil Llorente. Con la voz entrecortada, él habló en nombre de las casi 27.000 personas que han superado la enfermedad en Castilla y León, y sus primeras palabras fueron para «recordar a cuantos no pudieron superarlo», que «han dejado un vacío difícil de llenar». «El virus aún está aquí, entre nosotros. Los que lo padecimos sabemos que no podemos olvidarlo como si solo hubiera sido un mal sueño. La vigilancia, cautela y responsabilidad de todos son imprescindibles», sentenció.
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Tras los testimonios, diferentes personalidades del mundo político de Castilla y León se acercaron a la placa acompañadas por familiares de víctimas para depositar calas cortadas ante ella, mientras el cuarteto de la OSCyL interpretaba la ‘Suite para cello nº2 en D menor’ de Bach. Los primeros en hacerlo fueron el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y la leonesa Sara Doce, a los que siguieron varios cargos públicos. Tras la lectura de ‘Eclesiastés’, los asistentes guardaron escrupulosamente un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de la pandemia.