Miguel Pinillos es un palentino de 75 años que irradia vitalidad y del que nadie diría que hace poco más de tres semanas sufrió un infarto de miocardio que le dejó cuatro minutos sin pulso. Lleva 17 temporadas ininterrumpidas como socio del Burgos CF y el pasado 16 de octubre se convirtió en el involuntario protagonista del derbi provincial que jugaron en El Plantío Burgos y Mirandés. El encuentro se detuvo en el minuto 61 después de que se formara un gran revuelo en la Lateral. Un varón había perdido la consciencia y todo indicaba que se trataba de una parada cardiorespiratoria.
«De lo último que me acuerdo es que miré al marcador, era el minuto 55 y ganábamos por 1-0», explica este albañil jubilado, que sobre todo está agradecido a las personas que le salvaron y al comportamiento que tuvo tanto la grada como los dos equipos, así como el trío arbitral.
«He vuelto a nacer», señala cuando estrecha la mano de Pedro Granado y Alejandra Miñón, el médico intensivista y la enfermera que le salvaron la vida y que aquel domingo estaban sentados unas filas más abajo de su localidad.
Lo primero que hace cuando les ve es darles las gracias, ya que es consciente de que sin la intervención de ambos y de otras personas que ayudaron en todo lo que estuvo en su mano, no estaría vivo. Minutos después les invita a que conozcan Espinosa de Cerrato, su pueblo, e incluso les insiste en tomar un café.
«Cuando vimos el revuelo acudimos y pronto nos dimos cuenta de lo que sucedía», responde Alejandra Miñón. El doctor Granado indica que Miguel Pinillos estuvo en parada alrededor de cuatro minutos, lo que fue un mundo para los que trataban de reanimarle. Tras un intenso masaje cardiaco -Miguel cuenta con una sonrisa que aún tiene dolorida la zona del pecho- Antonio Rodríguez, el médico del Burgos CF, llegó con un desfibrilador, que fue lo que finalmente hizo regresar a la vida al aficionado blanquinegro.«Estuvimos cerca de intubarle, pero justo en ese momento reaccionó», afirma la enfermera Miñón.
«Fue un gran susto, sobre todo para la familia, porque yo no me enteré. No note nada antes de que sucediera, ni tuve malestar ni me encontraba mal. Es más, en el descanso estuve dando un pequeño paseo por la grada. El fútbol genera nervios a todo el mundo y yo lo vivo con pasión, pero tampoco estaba especialmente agitado porque íbamos ganando», explica.
Pedro Granado le acompañó en la ambulancia, «por si le repetía», aunque una vez que fue hospitalizado y quedó en manos de sus compañeros regresó al campo y pudo ver el gol de Mourad que dio la victoria al Burgos CF. A la enorme satisfacción de haber salvado una vida se le unió esa victoria in extremis del Burgos en el derbi.
(El reportaje completo y la actualidad del Burgos CF, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)