La iglesia de Quintanilla Somuñó recupera 5 bóvedas

I.P.
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La intervención se centra en la restitución geométrica de las mismas, cuyos arcos se habían desplazado por efecto de las filtraciones de agua, el cosido de los nervios y la consolidación de las plementerías

Las filtraciones de agua durante años han causado graves daños en las bóvedas, incluso con desplazamiento de los arcos y nervios, que ahora tendrán que centrarse y coser las nervaturas. - Foto: Alberto Rodrigo

La iglesia gótica de San Andrés de Quintanilla Somuñó, una localidad perteneciente al municipio de Estépar, está siendo objeto de una intervención de restauración en cinco de sus bóvedas, que llevan tiempo sufriendo los efectos de unas filtraciones que han acabado provocando grietas y otros desperfectos, además de algún movimiento. Los problemas no son nuevos, sino que se remontan a varios años atrás cuando el estado de la cubierta era tan deficiente que el agua se colaba al interior del templo.

Así, una vez resuelto el principal problema y con el tejado nuevo, ha llegado el momento de intervenir en las bóvedas y corregir sus defectos, trabajos iniciados tras la adjudicación a la empresa Arbu Restauraciones, que ha reiniciado el trabajo tras el parón de hace unas semanas por la crisis del nuevo coronavirus. Aunque, realmente, poco se había avanzado aún, apenas instalar el andamiaje, el apeo de las bóvedas y desescombrado del intradós. Las obras están incluidas en el ‘convenio de las gotera’ y su presupuesto ronda los 14.152 euros.

Jesús Padilla, socio de la empresa, explica que los trabajos se concentran en cinco bóvedas, dos de la nave central cercanas al coro, la del propio coro y las dos laterales de la panda sur del templo, es decir, la de la entrada y una aledaña. Además recuerda que en una intervención anterior ya se actuó en alguna otra bóveda de la iglesia, lo que implica que las obras en San Andrés se están haciendo por fases.

Los trabajos en las bóvedas donde se actúa actualmente consisten en una consolidación de las mismas a través de varias labores, como su restitución geométricas, ya que por efectos de las humedades algunos de los arcos se han ido desplazando de su eje central, por lo que serán reposicionados, también se harán cosidos intermediados de las nervaduras y elementos de las mismas, mejora del intradós de las bóvedas con lo que se denomina cascarón, y finalizar con una capa de yeso con jabelga de cal, una de las técnicas de acabado más utilizadas en estos elementos. 

Las bóvedas fueron confeccionadas en piedra, con nervaturas y plementería, y suponen uno de los elementos más destacados del templo, que con esta obra de consolidación, volverá a recuperar su esplendor original. 

El templo está dedicado a San Andrés Apóstol. Es el monumento más destacado del pueblo, y aunque conserva algunos restos románicos, su hechura es gótica con elementos renacentistas, y una torre de gran fortaleza. En su interior alberga cinco retablos, en su mayoría del siglo XVIII, menos el retablo mayor que es del XVII, obra de Fernando de la Peña de 1686, y en el que colaboró el maestro Ventura Fernández con elementos decorativos y tallando imágenes de la Virgen, San Pedro y San Pablo. Por su parte, el retablo de San Miguel es churriguerismo y algunos autores se lo atribuyen a Joaquín de Villandiego. Otros dos retablos, los dedicados a Nuestra Señora y a la Dolorosa son obras gemelas y, finalmente, el de San José, es neoclásico. 

VILLAUTE Y ZALDUENDO. Una vez terminada esta obra, la misma empresa comenzará las obras en dos templos de la provincia, el de San Martín en Villaute (Villadiego), donde se desmontará la parte trasera de la espadaña que es de adobe, y en Zalduendo, donde se intervendrá para consolidar una bóveda, en la que faltan elementos de piedra por efecto de la degradación, que se reintegrarán con piedra nueva.