Los conductores que circulan con frecuencia por la AP-1 habrán reparado en que en los últimos días han aparecido dos nuevos obstáculos que dificultan el tráfico y pueden incluso provocar hasta un accidente. Se trata de dos coches totalmente calcinados que se hallan en dos puntos diferentes de la autopista.
Uno de ellos está en el punto kilométrico 39, en sentido Burgos capital, poco antes de llegar a Briviesca. La mayor parte de este automóvil se encuentra en el arcén pero invade parcialmente el carril derecho de circulación, lo que obliga a los conductores desplazarse a la izquierda para no chocar contra él. Su presencia está señalizada con antelación con conos naranjas y señales luminosas.
El otro coche se encuentra cerca de Monasterio de Rodilla, en la bajada de la Brújula, en el kilómetro 21. Este no ocupa la calzada, se encuentra en el arcén, pegado al quitamiedos. También está señalizado. Lo que resulta sorprendente es que llevan en esos lugares al menos cuatro días. Y lo que les queda, porque la tarea de retirarlos no es sencilla, según explican tanto desde la Jefatura Provincial como del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil.
Esos vehículos son propiedad de ciudadanos extranjeros y combustionaron por distintas causas cuando circulaban por la autopista. Por fortuna, sus ocupantes salieron a tiempo y no hubo que lamentar daños personales. Sin embargo, tras salvarse sus dueños se han desentendido totalmente de los automóviles (...).
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