El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha aprobado la declaración del campo petrolífero de Ayoluengo, en Sargentes de la Lora (Burgos), como Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Etnológico. Esta declaración, cuyo expediente fue incoado en 2021, responde a la estrategia del Ejecutivo regional de ampliar y proteger conjuntos complejos y otras tipologías menos representadas en los catálogos de patrimonio cultural en la Comunidad como, en este caso, el Patrimonio Industrial y promover su reconocimiento cultural.
El patrimonio industrial posee una gran capacidad de trasformación de territorios que conforma verdaderos paisajes culturales, en los que se plasman valores no solo técnicos, sino también valores históricos y etnológicos de primera magnitud que deben conservarse.
El caso del campo de petróleo de Ayoluengo es paradigmático de esos valores. La consideración de los paisajes modelados por la actividad industrial como partes integrantes del patrimonio cultural es un hecho relativamente reciente en comparación con la protección otorgada a otras tipologías de bienes desde hace mucho más tiempo.
Desde la década de los 70 del siglo XX, cuando se crea el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH) hasta la actualidad, se ha ido avanzando en el reconocimiento y protección de estos parajes, de forma simultánea a la elaboración de documentos técnicos. Entre ellos se encuentran la Recomendación del Consejo de Europa relativa a la protección y la conservación del patrimonio técnico, industrial y de ingeniería civil en Europa (1990), la Carta de Nizhny Tagil sobre el Patrimonio Industrial (2003) o, a nivel nacional, la Carta de El Bierzo para la conservación del patrimonio minero (2008) o el Plan Nacional de Patrimonio Industrial (2011).
La historia de la producción de petróleo en el campo de Ayoluengo -la única explotación petrolífera en tierra que ha existido en nuestro país- se inicia en junio de 1964, cuando surge por primera vez petróleo del Pozo Ayoluengo-1, aunque no será hasta 1967 cuando se otorgue la concesión de explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos denominada 'Lora'.
El periodo de vigencia de esta concesión se ha mantenido durante 50 años, sucesivamente en manos de diferentes empresas, habiéndose extinguido en 2017 para proceder a su cierre. Este cierre va acompañado de un Plan de Abandono de las instalaciones, aprobado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Migratorio.
Este lugar es pionero en su género con una tipología única como paisaje industrial perfectamente definido y delimitado. Todo este conjunto de bienes materiales e inmateriales de la explotación industrial que tiene lugar en el campo petrolífero de Ayoluengo durante un periodo de 50 años, ha dado lugar a una transformación radical del territorio, conformando un paisaje antropizado, un paisaje industrial testimonio de un proceso económico transformador de un espacio y realidad social.
Los aspectos técnicos y tecnológicos de este lugar no son los únicos importantes desde el punto de vista cultural ya que la explotación petrolífera de Ayoluengo tuvo unas implicaciones socioeconómicas deciosivas en la comarca, modelando no solo el paisaje de la Lora, sino también el modo de vida de sus habitantes.
Desde el punto de vista de sus características técnicas, constituye un ejemplo perfecto de un sistema de explotación de petróleo, que permite conocer todo el proceso de explotación industrial de hidrocarburos y sus distintas fases de explotación, perforación y producción.
Este conjunto industrial mantiene en la actualidad numerosos elementos e instalaciones de la concesión, destacando las bombas extractoras o "caballitos", como popularmente se conocen (quedan una docena de las 53 que tuvo el campo), que son los elementos más fácilmente visibles en el paisaje y que permiten identificar la explotación petrolífera a cualquier persona que se acerque a ese territorio.
Aparte del valor técnico y tecnológico de la explotación petrolífera, el campo de Ayoluengo tiene un gran valor etnológico por ser testimonio y memoria viva de una época. La explotación supuso un cambio sociológico y económico para una comarca hasta entonces dedicada en exclusiva a la agricultura, que se incorporó al desarrollo industrial que se iniciaba en España.
La estrecha unión entre esta explotación y la vida de la comarca se manifiesta también en el Museo del Petróleo, creado por el Ayuntamiento de Sargentes de la Lora y único en España. Este espacio se ha convertido en el referente científico para el conocimiento de la formación geológica de los hidrocarburos, sus técnicas de exploración, detección, explotación y fases de producción, usos y derivados del petróleo.
Resulta un elemento esencial para la comprensión del Bien de Interés Cultural y un elemento esencial para su gestión y puesta en valor, que, desde otros ámbitos, también se refuerza con su pertenencia al Geoparque de las Loras, reconocido por UNESCO o al Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.