El café Espolón ya tiene quien lo explote. La mesa de contratación otorgó el viernes 23 puntos sobre 25 a la oferta presentada por Conor Easy S.L., una empresa vinculada al ocio nocturno, frente a un único punto que logró la de Hostelería Torre Soto cuyos propietarios explotan establecimientos como el Mesón Juan XXIIIo el restaurante El Refugio de Castañares. Ahora el adjudicatario tiene cinco días para presentar toda la documentación y que la adjudicación sea definitiva.
La propuesta ganadora plantea recuperar el esplendor y espíritu glamuroso del establecimiento originario de 1949, el café Pinedo, en el que se reunía lo más granado de la sociedad burgalesa alrededor de un vermut, en tertulias veraniegas en la terraza, meriendas bien servidas o aperitivos los domingos. Todo ello sin dejar a un lado la modernidad. El objetivo es ofrecer un local multifuncional en el que el café será el elemento principal para ofrecer desayunos, comidas y cenas tradicionales y se completará con una coctelería.
La interiorista burgalesa Estela Mínguez ha sido la encargada de diseñar la remodelación planteada en el establecimiento para su mejora y acondicionamiento. Para ello, ha llevado a cabo una importante labor de documentación para tomar nota de los aspectos decorativos originales y tratar de reproducirlos. También ha estudiado antiguos cafés de España y de ciudades como París o Londres para recrear ese espíritu de época de finales del siglo XIX.
Precisamente, las actuaciones previstas, la imagen del local y la calidad del diseño, mobiliario y demás elementos que se planteen instalar lograron una puntuación de 16 puntos sobre 18 por parte de la mesa de contratación mientras la propuesta de la actividad hostelera alcanzó 7 puntos de 7.
Conor Easy ofrece pagar un canon de 3.000 euros, 1.000 más que el precio base de licitación, y podrá explotar el local de hostelería durante los próximos 10 años. Por el momento, no hay una fecha para la reapertura del establecimiento, que lleva cerrado desde diciembre de 2021. Desde la empresa destacan, tras la adjudicación provisional, la ilusión y el reto que supone tanto para la interiorista como para los hosteleros, todos ellos jóvenes, afrontar este reto al tratarse de un inmueble histórico y situado en el Espolón, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad.
Desde el Ayuntamiento, la concejala de Patrimonio, Sonia Rodríguez, también confía en que el emblemático establecimiento hostelero, que ha sufrido numerosos avatares e impagos, por fin pueda echar a andar y prestar servicio a los burgaleses, así como también reportar importantes ingresos para las arcas municipales.