Igualdad en El Sadar

EFE
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El Osasuna y el Valladolid empataron (0-0) en un duelo marcado por la falta de efectividad de cara a puerta de ambos conjuntos que impidió ver goles en un choque con bastantes oportunidades

Igualdad y falta de efectividad en El Sadar - Foto: Jesús Diges

Osasuna y Real Valladolid sellaron este sábado un empate 0-0 en El Sadar en un encuentro marcado por la falta de efectividad de cara a puerta y en el que los locales dominaron la primera mitad, mientras que los pucelanos gozaron de muy buenas ocasiones en el tramo final.

El compromiso y las ganas de ambos conjuntos por llevarse los tres puntos de El Sadar hicieron que el inicio de partido estuviese marcado por un fuerte ritmo para intentar sorprender al rival. Los 20 futbolistas de campo salieron muy enchufados.

Con el paso de los minutos, Osasuna se fue haciendo con la posesión para intentar montar jugadas de ataque con Moncayola y el serbio Darko en la sala de máquinas. El argentino Jonathan Calleri ponía la calma y la calidad cuando el duelo empezó a ser un correcalles.

Igualdad y falta de efectividad en El SadarIgualdad y falta de efectividad en El Sadar - Foto: Jesús Diges

Los de Sergio González no lograban hilvanar jugadas en campo contrario gracias al gran trabajo de presión de los navarros con líneas muy juntas sin dejar espacios.

A diez minutos del final de la primera mitad, el árbitro anuló un gol del argentino Jonathan Calleri por fuera de juego del croata Ante Budimir. Los pucelanos se salvaron por los pelos de irse perdiendo al descanso.

El asedio rojillo continuó una vez iniciado el segundo tiempo. La potencia del suizo Janko fue la principal baza del club presidido por Ronaldo Nazário a la hora de tratar de pillar desprevenida a los hombres de Jagoba Arrasate.

Igualdad y falta de efectividad en El SadarIgualdad y falta de efectividad en El Sadar - Foto: Jesús Diges

El chileno Fabián Orellana falló una ocasión muy clara. El israelí Weissman controló el esférico dentro del área para cederlo a su compañero, quien llegó de cara, pero su disparó se marchó cerca de la escuadra defendida por Sergio Herrera. El Valladolid fue creciendo y comenzó a meter el miedo en el cuerpo de los pamploneses.

El partido entró de nuevo en un ida y vuelta que benefició al espectador y a un Valladolid que siguió avisando con llegadas bastante claras. La falta de acierto en los metros finales perjudicó a los visitantes.

Finalmente, el empuje de los dos equipos en el tiempo de prolongación no pudo estrenar el electrónico que no se movió en los 95 minutos que duró la cita entre dos rivales directos que mantienen su distancia.