La práctica ausencia de precipitaciones que están acompañando al verano desde su inicio está siendo demoledora para los ciudadanos y los embalses pero tremendamente beneficiosas para los trabajos de construcción de la A-12. La prueba más palpable de ello es el gran avance que ha dado la obra del tramo entre Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y Villamayor del Río (Burgos) en las últimas semanas. Se trata de 14,4 kilómetros que supondrán la primera incursión de la conocida como autovía del Camino de Santiago en territorio burgalés. El cronograma propuesto por la UTE que ejecuta el proyecto contemplaba un primer mordisco en suelo riojano para, en la recta final de los trabajos, intensificar su labor en tierras castellanas. Y así ha sido.
El periodo estival arrancó sin rastro alguno de actividad a partir del cruce de Viloria de Rioja, en la provincia de Burgos. Sin embargo, la ejecución de los 3 últimos kilómetros del tramo se ha acelerado con la llegada del verano: a diario son centenares los viajes que grandes camiones realizan para dar continuidad al movimiento de tierras. Esta labor está ayudando a que ya sea claramente visible toda la plataforma por la que transcurrirán los vehículos una vez acaben las obras.
El contrato entre el Ministerio de Transportes y la UTE formada por las empresas Torrescamara y Cia de Obras, Ortiz Construcciones y Proyectos y Levantina, Ingeniería y Construcción se firmó con un plazo de ejecución de 36 meses. El arranque de la obra se fijó en junio de 2020, por lo que se deberá entregar antes de la llegada del próximo verano.
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