La retirada, tratamiento y depósito de los residuos domésticos y de construcción es uno de los retos medioambientales más importantes de la provincia de Burgos. Pese a la creciente despoblación del mundo rural, su gran extensión y la dispersión de sus núcleos habitados provoca que exista un gran número de escombreras activas que requieren de una restauración continuada.
En este empeño, la Junta de Castilla y León ha gastado en los últimos seis años más de 3 millones de euros en una tarea que no tiene descanso y que debe ir acompañada de una concienciación de la ciudadanía en torno al destino de los residuos que genera. De hecho, entre los planes de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio para la presente legislatura está el de actual entre las áreas degradadas por la actividad humana, entre ellas las escombreras.
La magnitud del proyecto visualiza la dimensión del problema. Son 320 escombreras repartidas por todo el mapa provincial que ocupan una superficie de 860.000 metros cuadrados, equivalente al espacio que suman 70 catedrales de Burgos, llenas de desechos de todo tipo, escombros, restos de construcciones y demoliciones, en la mayoría de los casos sin un proceso de selección y reciclaje previo.
Entre las actuaciones ya ejecutadas se han invertido 2,2 millones de euros para recuperar 221 escombreras en el periodo 2016-2021. Los trabajos más importantes se centraron en Bárcena de Pieza (1,1 millones), el Valle de las Navas (574.779 euros) y Fuentemolinos (56.560 euros), a los que hay que sumar casi 400.000 euros en 89 puntos de vertidos repartidos por toda la provincia.
En estos momentos, según informa Medio Ambiente, están en licitación 406.811 euros centrados en las escombreras del norte provincial, con un total de 53.000 metros cuadrados afectados, los que ocupan las 79 zonas de vertido seleccionadas. La mayor parte de esta inversión se ejecutarán a lo largo de este año y el próximo.
Las obras de restauración de zonas degradadas por el depósito de residuos inertes de construcción y demolición incluyen diversos trabajos como la recogida, transporte y acopio de los residuos existentes en la zona, con su retirada por parte de un gestor autorizado. Despejada la zona, se procede a la compactación de las tierras para formar una capa con un espesor de 25 centímetros, la siembra de herbáceas de la superficie y, finalmente, la instalación de carteles indicadores de la prohibición de verter residuos. Estas obras tienen como objetivo último el desincentivar el vertido de nuevos residuos, así como la restauración paisajística y medioambiental de las zona más degradadas.
Además de lo antes descrito, la Junta de Castilla y León tiene en proyecto actuar en una veintena de vertederos, esta vez en el sur de la provincia. Se han presupuestado 521.040 millones de euros, la mayor parte de los cuales se ejecutarán a lo largo del próximo año.
En la provincia está vigente el convenio de colaboración para la Recuperación Ambiental de Zonas Degradadas por el Depósito de Residuos Inertes, suscrito entre la Junta, la Diputación y el Consorcio de Tratamiento de Residuos Sólidos de la provincia. Este acuerdo permite la restauración medioambiental de 221 puntos en 111 municipios de Burgos.
Minivertederos. Uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la provincia es la proliferación de los minivertederos ilegales, especialmente en el entorno de los grandes núcleos de población como el alfoz de la capital.
Son desechos generados, en su mayoría, en las obras menores de construcción de reparación domiciliaria, muchas de las cuales se ejecutan sin permiso alguno, lo que impide el deposito y tratamiento regulado (y pagado) de los residuos. Estas reformas han proliferado en los últimos años, con los confinamientos de la pandemia.
Para luchar contra estos desechos indiscrimados, la Junta puso en marcha una campaña bajo el lema 'Cada escombro en su sitio' que, a su vez, se materializar en una página web. En la misma se facilita información sobre los servicios que s prestan en los puntos de recogida gestionados por el Consorcio Provincial de Residuos, los puntos limpios, plantas de transferencia, planta de compostaje y envases y el vertedero de Abajas.