Ejecutar una inversión de 11 millones es todo un desafío para la inmensa mayoría de compañías. Llevarla a cabo en plena tormenta económica, con la inflación al alza cada mes, es una auténtica proeza.
A pesar de la coyuntura, en el seno de la multinacional burgalesa Acinesgón tenían claro que estaban ante una oportunidad única para dar un golpe sobre la mesa y reforzar más si cabe las líneas maestras de su modelo de negocio. Hace ya unos meses decidieron dejar de externalizar el proceso de satinado de bobinas que hasta la fecha tenían contratado con una empresa de Zarautz (Guipúzcoa). Para llevar a cabo tal tarea adquirieron dos máquinas de entre 40 y 60 metros de longitud que les permiten completar estas labores de acabado e impresión en sus instalaciones de la carretera de Logroño. Sin embargo, las dimensiones de estas herramientas les generó otro problema: la falta de espacio donde seguir desarrollando el resto de sus ramas de actividad. Puestos a lanzarse a la piscina, optaron también por levantar un nuevo y moderno centro logístico de unos 10.000 metros cuadrados en Villalonquéjar IV (más 6.000 m2 de parcela) que actúe a modo de regulador para sus seis almacenes en España -siete contando con Burgos-.
"No hay nadie en todo el país que realice este tipo de proceso dentro de sus propias instalaciones en los rangos de espesura, anchura y longitud en los que nos vamos a mover nosotros. Todo ello completamente automatizado", explica Javier González, director general del Grupo Acinesgón.
De este modo, y con dos frentes abiertos pero separados por algo más de una decena de kilómetros, han invertido cerca de 11 millones de euros en los últimos meses. "Teníamos claro que queríamos crecer en Burgos sí o sí", precisa. Empezando por el Centro de Servicios al pie de la N-120, frente al barrio de La Ventilla, la inyección económica ha ascendido a los 3 millones. Los trabajos han consistido en prolongar la nave varios metros para dar cabida a las nuevas máquinas que permitirán satinar las bobinas con las que comercia Acinesgón. "Contamos con muchos clientes que nos demandan un acabado texturizado con diferentes granos, lijas o cepillos", explica el director general. La falta de interés de su antiguo socio en el País Vasco por innovar y crecer a futuro alertó a la gerencia de la firma burgalesa, que abogó por romper su vínculo y asumir ella misma ese tratamiento. "Vamos a integrarnos más verticalmente y dar un mejor servicio", explica. La adquisición de nuevos aparatos para realizar ese proceso de integración generó, no obstante, una acuciante falta de espacio en el que almacenar las otras tres gamas de sus productos: a la Plana (bobina y chapa) y que ahora copan por completo el recinto del polígono Burgos-Este se suma Tuberías, Perfilería y Accesorio.
Modernización. De este modo, y previa inversión de otros 8 millones, han levantado en pleno Villalonquéjar IV un centro regulador de 10.000 metros cuadrados para aglutinar todo el material que no se procesa con las máquinas que acaban de adquirir. Su intención inicial era la de crecer cerca de sus instalaciones, pero la falta de espacio disponible les hizo virar hacia el otro gran polígono burgalés. Desde este recinto, de unas dimensiones hasta la fecha inauditas en la capital, se distribuirán todo tipo de materiales a sus delegaciones en Valladolid, Madrid, Asturias, Navarra, País Vasco y Vigo. "Queríamos una nave muy funcional sin obstáculos y poder utilizarla para lo que queramos", indica González. Dependiendo del tipo de encargo que les demanden se lo envían a ellos o directamente al cliente que se lo haya requerido. En estos momentos son alrededor de 300 los trailers que salían cada mes de las instalaciones del Burgos-Este y ahora también de Villalonquéjar IV, con una media de 8 bobinas completamente terminadas por día -unas 80 toneladas-.
En su interior pueden llegar a cargar o descargar al mismo tiempo hasta tres camiones distintos, que se adentrarán dentro del mismo para completar su tarea. Completamente automatizado, generará unos 6 o 7 puestos de trabajo directos cuando funcione al cien por cien de su rendimiento, que se sumarán a otros 2 que se contratarán para el Centro de Servicios de la N-120.
Nacida en Burgos hace ya 42 años, la trayectoria de Grupo Acinesgón no ha dejado de ser ascendente. Si su facturación en 2017 alcanzó los 30 millones de euros, el curso pasado lo cerró con 61 millones, más del doble en apenas un lustro. Con datos del pasado martes, 30 de agosto, el montante ya era de 55 millones, por lo que esperan acabar el 2022 en unas cifras que ronden los 70 millones. "Teníamos muy claro que queríamos crecer en Burgos. Me siento muy orgulloso de la ciudad que tenemos", sentencia Javier González.